El 29 de noviembre de 1782, dos agricultores holandeses en busca de ganado recorren una zona de la costa este de Sudáfrica.
De pronto, se sorprenden al encontrar cinco náufragos que desahusiados yacen sobre las rocas.
Se acercan y al llegar los marineros Ingleses no dan crédito a sus ojos. Estan de vuelta entre seres civilizados!.
La alegría es tan grande, que algunos rompen en llanto, otros rien y hasta bailan.
Ya más tranquilos, pueden entender que estaban dentro de los límites de las colonias holandesas a cuatrocientos kilómetros de Ciudad del Cabo.
El naufragio del Grosvenor había sucedido el 4 de agosto, habían sobrevivido a un viaje de 117 días atravesando desiertos , bosques y montañas en medio del hambre y la miseria
El Grosvenor
Era un buque perteneciente a la East India Company, tenía 137 pies de eslora , tres mástiles y estaba bajo el mando del capitán Coxon.
Los buques de la compañía se utilizan para llevar las riquezas de las colonias de oriente a Gran Bretaña.
Estos barcos llevaban todo, desde seda, las especias, el café, el té y las piedras preciosas
El 13 de junio de 1782, el Grosvenor sale de la India (Trincomalee) en su habitual ruta a Gran Bretaña. Llevaba un cargamento de monedas y diamantes valuado en 80.000 libras
Este cargamento sería mucho más valioso hoy en día, pero no en forma colosal
En el buque viajaban, 132 tripulantes y 18 pasajeros de los cuales 12 eran adultos y 6 eran niños.
Entre ellos William Oseas, un miembro de la aristocracia colonial, un hombre muy nervioso que viajaba con su esposa y su hija de 18 meses de edad
El resto de los pasajeros eran mercaderes ambulantes, oficiales del ejército y sus esposas
Oseas y otros magnates llevaban pelucas empolvadas y hebillas de plata para la cena, y 2.700 litros de vino habían sido estibados para la mesa del capitán.
Orientación de Marino
El Grosvenor navegó durante 52 días sin dificultades hasta que el 4 de agosto una tormenta se desata frente a Ciudad del Cabo
Eran cerca de la 1 de la madrugada cuando, mientras la tripulación intentaba ajustar las velas, los tripulantes notan unas luces hacia el oeste que luego desaparecen.
El capitán coxon, estaba seguro de estar a 200 millas de la costa y no le da importancia a los hombres que decían ver aquellas luces.
Sin embargo, justo antes del amanecer, el marinero Thomas Lewis desde el juanete de proa grita: tierra!
De inmediato, despiertan al capitán quién ordena virar el barco.
Ya era demasiado tarde. A las 4:30 am del 4 de agosto de 1782, en un vendaval en aumento, el Grosvenor choca contra las rocas.
Había navegado lejos de su curso y golpeaba contra la costa salvaje y rocosa de África del Sur.
Las luces vistas por la tripulación resultaron ser fogatas encendidas por los nativos de Pondoland en Sudáfrica, cerca de lo que hoy es el puerto de St. Johns.
Sin esperanzas a trecientos metros de la costa
El capitán coxon sigue creyendo que aún está lejos de la costa y supone que el barco había golpeado con una isla desconocida o arrecife
De inmediato intentan sacar al grosvenor de las rocas para, de ser necesario encallarlo en una playa, donde el barco pudiera salvarse y tanto la tripulación como los pasajeros pudieran desembarcar con seguridad
Pero esto no fue posible, tan pronto como el barco comienza a virar, el agua empieza a llenar la bodega.
El viento cambia y el capitan teme que el barco sea expulsado hacia mar abierto. Ordena tirar abajo el palo mayor y el trinquete. El palo mayor al caer se lleva consigo el chinchorro que se estrella contra las rocas
Ya no había esperanzas, el Grosvenor se hundía a sólo trescientos metros de la costa
Había confusión en todo el barco, no obstante algunos pudieron concentrarse y armar una balsa para que mujeres y niños pudieran desembarcar y llegar a la orilla
Mientras tanto, tres hombres intentaban llegar a nado hasta la orilla llevando una línea. En la maniobra, uno de ellos se ahoga pero los otros dos llegan a salvo a la costa y logran a través de esta primer línea llevar a tierra otra más grande.
Algunos indígenas, curiosos se acercaron y ayudaron en la maniobra y mientras un extremo del cabo se afirmaba alrededor de las rocas, el otro tiraba fijo del cabrestante.
Una vez terminada la balsa, la sujetaron con un cabo a la nave y 4 hombres embarcaron en ella para facilitar el embarque de mujeres y niños. Pero, aunque el cabo era nuevo, se rompió y la balsa se estrelló contra las rocas.
Tres hombres se ahogaron
Ahora estaban perdidos.
Algunos llegaron a la orilla sosteniéndose de la línea a tierra, pasando mano a mano. Muchos tuvieron éxito y otros 13 se ahogaron.
Fue entonces cuando, el barco se partió en dos y se hundió en 50 pies de agua.
Por suerte, el viento vuelve a cambiar de dirección y permite que tripulantes y pasajeros logren llegar seguros a la costa sobre los restos de la nave
Un largo viaje
123 personas de los 140 tripulantes y pasajeros se salvan del naufragio.
Ya se acercaba la noche, estaban el la orilla pero no sabían donde. Sólo sabían que se hallaban en la costa meridional de Africa
Los nativos se habían ido y afortunadamente habían dejando algunas brasas encendidas. Las mujeres y los niños estaban en estado delicado.
Al día siguiente, los nativos vuelven y saquean los restos del naufragio llevándose todo lo que pueden.
Fue entonces cuando, el capitán decide reunir a todos los sobrevivientes y les dice que había sido su capitán antes y que quería que le permitieran seguir siéndolo en estas circunstancias.
Todos estuvieron de acuerdo
Luego, Coxon agrega que, a partir de los mejores cálculos que él podía hacer, en quince o dieciseis días podrían llegar a un establecimiento Holandés. Esto fué el 6 de agosto
Coxon era hábil comerciando pero no lo era tanto para la náutica y la navegación. Calculó que la salvación estaba a menos de 250 millas, y, estaba lejos de la realidad, eran casi 400 millas de distancia.
Habían naufragado en un territorio conocido como la Costa Salvaje a más de 90 km al suroeste de Durban, más allá del río Umtamvuna
Los principales habitantes de la región, Los Pondo, eran un pueblo de pastores y a su territorio todavía se lo conoce como Pondoland.
El grupo heterogéneo de náufragos incluía a siete mujeres y una de ellas, Lydia Logie, embarazada. También había cinco niños y algunos hombres heridos y enfermos.
Los sobrevivientes comenzaron un largo viaje donde vadearon ríos y se arrastraron hacia arriba y abajo por valles escarpados.
En el camino fueron apedreados y saqueados por los africanos
Los tripulantes , en su mayoría jóvenes y en forma, trataban de subsistir por sus propios medios mientras que los pasajeros, expuestos y vulnerables, intentaban “comprar” su subsistencia a los africanos hasta que se quedaron sin objetos que ofrecer
No tenían siquiera un cuchillo y en la búsqueda desesperada de alimentos comieron ostras y un carcasa de ballena en descomposición
Cómo algunos eran más lentos que otros decidieron dividirse en grupos pero luego se volvieron a encontrar
En la caminata hacia los asentamientos holandeses, sin provisiones, ni armas, muchos fueron abandonados donde cayeron. Murieron por inanición, la exposición y las lanzas de las tribus hostiles.
Salvados!
El 29 de noviembre, 117 días después del naufragio, sólo cinco marineros quedaban en el grupo
Y Sólo cuatro, Robert Price, Thomas Lewis, John Warmington y Barney Larey, lograron regresaron a Inglaterra.
Cuando llegaron a Ciudad del Cabo llevaron las noticias del desastre. Por ese entonces, Inglaterra y Holanda estaban en guerra.
No obstante, el Gobernador del Cabo con gran humanidad, decidió enviar una expedición de rescate para encontrar sobrevivientes del Grosvenor
Doce sobrevivientes más fueron encontrados y llevados a los asentamientos Holandeses pero, 106 hombres, mujeres y niños murieron o fueron acogidos por las tribus nativas
Entre ellos el capitán Coxon y el aristócrata Oseas
La investigación oficial de la East India Company fue breve y poco concluyente.
Durante años, la prensa especuló con diversas historias. Se decía que Lydia Logie había sido capturada por una tribu y que aún vivía entre ellos luego de haber entregado a su hijo al jefe de la tribu
Otra expedición se organizó en 1790 en busca de tres mujeres blancas que se rumoreaba vivian en un pueblo del cafre. Pero fracasó.
Quedarse o partir: Esa es la cuestión
Nunca lo sabremos pero, tal vez, la historia hubiese sido otra si los náufragos en vez de partir todos juntos en un viaje de 450 millas, se las hubieran arreglado para sobrevivir en el lugar recogiendo la provisiones del buque y construyendo un barco que navegara con pocos hombres hasta ciudad del cabo.
Muchos hubiesen quedado a resguardo, sobreviviendo a base de comer los animales salvajes del lugar.
Por otra parte, los sobrevivientes, al ser un grupo numeroso, hubiesen podido protegerse de los nativos que al verlos residiendo allí habrían sido amables
En estos casos, debería ser un axioma para los marinos, no abandonar nunca las inmediaciones del buque hasta no saber bien dónde se está y que posibilidades de supervivencia se tienen en caso de partir
Lic. Florencia Cattaneo
Campo Embarcaciones
Bróker Náutico
Fuentes: Stephen Taylor ; El naufragio del Grosvenor y el extraño destino de sus sobrevivientes.
Sara Wheeler ; El naufragio fue la parte fácil
Cyrus Redding;A History of Shipwrecks, and Disasters at Sea; chapter VII; The Grosvenor East Indiaman, 1782