El metacrilato lo encontramos en diferentes elementos del barco.
Con él se fabrican las escotillas, los tambuchos, algunas mesas, separadores para la vajilla, sujeta vasos en cubierta y todo tipo de elementos.
Es un material muy noble, que se trabaja muy bien. Con un poco de práctica, lograremos realizar algunos de estos objetos.
Pero, ¿De qué se trata?
Se trata de un material acrílico conocido como polimetacrilato de metilo. Es un termoplástico duro, resistente y transparente, de excelentes propiedades ópticas con alto índice de refracción, buena resistencia al envejecimiento y a la intemperie.
A igual espesor, su resistencia es unas diez veces superior a la del cristal.
Su dureza es parecida a la del aluminio.
Su mayor inconveniente es que tiende a rallarse con facilidad. No obstante, el Metacrilato admite ser pulido, lo cual permite su recuperación superficial.
Es inflamable aunque no produce gases tóxicos en su combustión.
Al ser más liviano y duro como el cristal, el metacrilato es un material perfecto para crear muchas piezas del barco, especialmente elementos decorativos.
Por ejemplo: Se puede grabar y tiene la particularidad de que la zona grabada puede actuar como difusora de luz. Así, si la iluminamos mediante Leds desde los laterales, conseguirremos que el grabado se ilumine con espectaculares efectos. Esta técnica es muy útil para crear carteles, logotipos o marcas con el nombre del barco.
Variedad de Colores y Formas
Aunque el color “preferido” del metacrilato es transparente como el cristal, se puede adquirir en diferentes tonos y colores .
Generalmente lo encontraremos en planchas de diferentes espesores, pero también se pueden comprar barras macizas de varios diámetros.
Cortarlo y trabajarlo
Las herramientas básicas para trabajarlo serán: Sierra de calar, taladro y una lijadora orbital o de banda para alisar y redondear los cantos.
El metacrilato se corta y taladra sin mayor problema, pero hay que tener en cuenta algunos consejos para evitar que se rompa.
El primero es mantener la pieza siempre bien sujeta, para que no vibre al cortar o taladrar.
El segundo es utilizar brocas afiladas y hojas de sierra para metal en la caladora. Sus finos dientes avanzan lento, pero minimizan el riesgo de que la pieza se astille.
El tercer consejo es trabajar perpendicularmente al metacrilato y no cortar ni taladrar con fuerza.
Este material también permite ser cortado por láser y por ello es posible encargar el corte en “Autocad” o cualquier otro programa informático, para que la pieza quede cortada con detalles de gran definición.
Flexarlo como goma
El “truco” más interesantes del Metacrilato es su capacidad de ser deformado y manipulado cuando se calienta por encima de 100º.
A esa temperatura, el material no funde, mantiene su forma pero se transforma en algo muy parecido a la goma.
Como la temperatura es alta, pero tampoco abrasadora, basta protegerse con guantes de cuero para evitar quemaduras y poder manipularlo durante algunos segundos.
Fabricar un posavasos
Si somos capaces de imaginar y diseñar una pieza en cartón, esa misma pieza puede ser realizada en metacrilato.
A modo de ejemplo, realizaremos una copia de este posavasos roto. Para ello, adquirimos, un retal de metacrilato opaco blanco de 6 mm de espesor idéntico al utilizado por el astillero en la pieza original.
Viene recubierto de una película de plástica protectora que evita las rayaduras durante su manipulación.
Lo primero que haremos es “reconstruir” el posavasos pegándolo con cinta para mantener su forma y sacar la plantilla
Para ello, utilizamos un lámina de plástico transparente y envolvemos el objeto por su parte exterior.
Con un rotulador indeleble marcamos el contorno y los círculos que luego habremos de perforar.
Una vez pasada la forma a la plancha de metacrilato, cortamos con una sierra caladora que tenga una hoja de diente muy fino como el utilizado para corte de metales.
Hay que avanzar con tranquilidad pero sin forzar el corte y si es necesario paramos el trabajo evitando que la hoja se recaliente. Si se recalienta, el material cortado se fundirá y se soldará de nuevo. Si esto sucede, habrá que volver a pasar la caladora por estas zonas.
Ahora utilizaremos una lija blanda gramo 200 para alisar los bordes y que parezcan cortados al “laser”.
Toca el turno de cortar los agujeros. Para que la perforación de los agujeros de sujeción sea perfecta, utilizaremos brocas de metal a velocidad alta y bien afiladas. Así evitaremos que salten esquirlas.
Es recomendable comenzar con una broca de 2 milímetros e ir aumentando de diámetro hasta alcanzar el necesario.
Para perforar los grandes círculos, utilizaremos una corona de corte y la manejaremos con atención para que la perforación sea totalmente circular.
Ahora pasaremos al plegado. Medimos en la lámina de plástico utilizada como plantilla de corte la distancia desde el borde hacia donde debemos hacer el plegado.
Luego, utilizaremos un perfil de acero sujetado con gatos en ambos extremo para que muerdan el metracrilato y lo entallen marcando el lugar donde curvar .
El doblado se realiza por calentamiento. Sólo aplicaremos calor en la zona lineal de plegado en vaivén durante 2 ó 3 minutos y cuando la temperatura de manipulación sea correcta veremos como la lámina presenta la flexibilidad de una lámina de goma.
En este punto, ejercemos presión con una madera en toda su longitud, para que el plegado se haga simultáneamente a lo largo de toda la línea. La flexamos simplemente empujándola.
El “truco” consiste en aplicar la fuerza de plegado a través de una superficie rígida, en nuestro caso, la madera.
Tenemos una decena de segundos desde que dejamos de aplicar calor hasta que el material empieza a enfriar.
Por ello hay que actuar con calma pero con decisión.
Una vez plegado el primer ala, volvemo s a fijar el perfil de acero a la pieza para efectuar el segundo plegado que debe quedar perfectamente paralelo al anterior.
Luego pulimos con lija y el posavasos quedará terminado.
Pegarlo
El metacrilato admite el pegado mediante un “pegamento” de sí mismo que podemos fabricar caseramente.
Para hacerlo, necesitamos un tarro de cristal en donde pondremos unos fragmentos de metacrilato en un baño de acetona durante un par de días. El resultado será una pasta densa de metacrilato disuelto en acetona.
Para un buen pegado, debemos “ablandar” las superficies a unir con un pincel de acetona pura.
Pasados unos minutos aplicamos el pegamento y unimos las dos piezas con algo de presión.
Animarse a cambiar los tambuchos
La mayoría de barcos llevan paneles de metacrilato para dar luz a sus interiores. Con el tiempo, el metacrilato se va astillando y haciendo opaco.
Una muy buena forma de rejuvenecer el barco es cambiarlos.
En algunos casos se trata de paneles fijos y en otros el metacrilato cubre los tambuchos sobre cubierta.
En este artículo nos centramos en la sustitución de los tambuchos ,a sabiendas de que los procesos son similares en ambos casos.
Desarmar con cuidado
Cómo los paneles viejos nos servirán de plantillas, habrá que tener especial cuidado en no romperlos cuando los sacarlos.
En el caso de los paneles de los tambuchos sólo hace falta desmontar uno de cada talla a sustituir. Al estar fabricados en serie, los demás serán iguales.
Pero los paneles fijos en laterales, normalmente cortados individualmente, se han de desmontar y calcar todos. Nunca confiemos en su simetría ni pensemos que los agujeros de los tornillos coincidirán en ambas bandas.
El proceso empieza cortando con un cutter tanta silicona o sellador como sea posible. Luego se va separando la pieza con un destornillador a modo de palanca.
A menos que sea realmente imposible, desmontaremos el tambucho completo. Esto nos permitirá la limpieza a fondo del marco y la renovación de su junta de estanqueidad con la cubierta, que posiblemente estará tan deteriorada como la del propio panel.
Desmontar viejas piezas en un barco presenta muchas veces más dificultades de las aparentes.Tornillos inaccesibles, otros agarrotados o que se rompen de sólo tocarlos.
Siempre habrá que asegurarse la facilidad de acceso antes de comenzar la operación.
Una vez extraidos los paneles, los usaremos de plantilla para cortarlos o llevarlos a cortar.
Muchos mayoristas del ramo se ofrecen a cortarlos. Es un servicio generalmente económico y que vale la pena tener en cuenta.
Limpieza a fondo
Eliminar la vieja silicona de los marcos es lo más pesado de la operación. Es sorprendente su tenacidad. Lo más grueso se corta con un cutter. Para lo demás, debilitamos la silicona tras un buen baño en aguarrás. La silicona se vuelve gelatinosa y se desprende con mayor facilidad.
Y Si con esto no basta podemos usar un decapante.
Después de dos o tres manos el marco quedará limpio.
Con el tambucho libre de su panel y junta de goma, limpiaremos a fondo el aluminio con un limpiametales.
Instalación
Antes de instalar los paneles comprobaremos que sus medidas sean correctas. Se verificará que quede una una holgura constante (3 a 5 mm.) para el sellador en todo el perímetro del marco.
El metacrilato se dilatamucho, el 0,07% desde 0º a 50º C, por cuanto nunca se ha de instalar sin suficiente margen. Esta importante dilatación también obliga a taladrar con holgura los agujeros de los tornillos y herrajes.
El sellador, aparte de adherir el metacrilato al marco, es el encargado de absorber esta dilatación, sobre todo en los agujeros del panel.
Antiguamente, la silicona era el sellador utilizado en aplicaciones náuticas. Hoy, ha sido sustituida por los compuestos de poliuretano, como el Sikaflex 295 UV para aplicaciones exteriores y resistente a los rayos solares.
Este compuesto es más denso que la silicona, por lo que recomienda aplicarlo en dos etapas.
Primero se pone un generoso cordón en el interior del marco. Luego se coloca el panel de metacrilato en su sitio bien centrado. Unos golpes con una madera en las esquinas nivelan el panel con el marco.
Con el panel en su lugar, se aplica el segundo cordón de sellador entre el metacrilato y el marco. Este cordón, que se fusiona con el primero, se alisa luego fácilmente con una espátula de teflón, limpiándola y mojándola con agua para facilitar su deslizamiento. A falta de espátula,un dedo mojado en agua jabonosa consigue el mismo resultado.
Una vez aplicados los dos cordones y alisado el superior, se deja el tambucho en paz durante un mínimo de 24 horas.
Trascurrido este tiempo se pueden sacar las cintas de enmascarar y el film protector superior del metacrilato (el inferior se sacó al colocar el panel).
También es el momento de eliminar los pequeños sobrantes de sellador. Una vez secos, se quitan con facilidad con un cutter
Sólo queda reponer la junta de goma.
Se pegan los dos extremos con el mismo Sikaflex 295 UV utilizado en el metacrilato.
La tapa del tambucho ya está lista y sólo queda volver a colocar las manetas y los eventuales herrajes.
Se recomienda esperar un mínimo de tres días (lo ideal son seis días) antes de instalarlas tapas de nuevo en el barco y forzar su tapa con los cierres.
El poliuretano necesita su tiempo para fraguar a fondo.
Con el trabajo terminado, el cambio es evidente, tanto en el brillo como en la transparencia de los nuevos metacrilatos.
Lic. Florencia Cattaneo
Campo Embarcaciones
Bróker Náutico
Fuentes:
Web Fondear; La magia del Flexiplas en el barco
Rancer; Revista Mar Abierto; mantenimiento: Renovar Metacrilatos; Una inversión Rentable
Web Veleros grecia; Cambiar Metacrilato de escotilla
Web Varadero Alicante; Atrévete con el metacrilato. Cambia los paneles de los tambuchos