Si no te preocupa estar o no dentro de la ley.
Si considerás que ser rico de golpe, arriesgando la vida, es mas tentador que trabajar día tras día.
Si sólo cuenta tu condición de ser libre y si el mar es para vos la libertad. Es probable, es posible tu condición de filibustero.
Pero, para poder entrar en “la cofradía” es necesario comulgar y entender algunas sus costumbres.
Te acercamos este pequeño manual del filibustero con algunos conocimientos indispensables antes de embarcarse en un barco pirata del siglo XVI.
La Ley a Bordo
Antes de zarpar lo primero que debemos hacer es acudir al “consejo de guerra” que precede a la partida.
En esta reunión se elabora la “Ley a bordo”. La ley a bordo es una cosa sumamente seria. Tiene como principal objetivo proteger a la comunidad del individuo.
Toda la compañía toma parte en la discusión. Esta discusión puede durar varios días y cuando se llega a un acuerdo se redacta el acta detallada.
Una vez lista el acta tendremos que acudir a la ceremonia de su firma.Cerca del timón, en el puente, se reunirá toda la compañía. Se colocará una biblia sobre un vaso de ron.
El capitán leerá en voz alta la ley, cada uno jurará cumplirla. Para jurar tendremos que levantar la mano sobre la biblia y firmar el acta. Si no sabemos escribir bastará con estampar una cruz.
El contrato estará concebido de la siguiente manera:Tendrá la fecha, el nombre del barco y el lugar.
Seguidamente una especie de preámbulo, un tanto enfático que hablará de los derechos de todos y de la gracia de Dios, del enemigo español, de la fraternidad, etc… Y a continuación vendrán los artículos.
Aquí mostramos un ejemplo:
Artículo I: Durante el combate todos los hombres tienen que obedecer las órdenes de capitán
Artículo II: La compañía navega de acuerdo a la consigna: Ni botín, no soldada. Lo que significa que no estará autorizado el botín personal, sino que se distribuirá según la siguiente tabulación:
Capitán ————– 2 partes Contramaestre — 1 ½ partesOficiales y especialistas —– 1 ¼ partesMarineros ————- 1 parteAspirantes ———– ½ parte.
Si un filibustero muere en combate su parte será entregada a uno de sus familiares (Siempre que sea miembro de la cofradía).
Artículo III: Trata de las indemnizaciones que se pagarán a quiénes queden inutilizados después del combate, (“La pieza de 8 “tiene un valor aproximado al dólar actual. El “esclavo “ era el miembro de la tripulación de un barco español)
Si perdemos el brazo del derecho——— 600 piezas de 8 ó 6 esclavos
Si perdemos el brazo izquierdo———— 500 piezas de 8 ó 5 esclavos
Si perdemos la pierna derecho———— 500 piezas de 8 ó 5 esclavos
Si perdemos la pierna izquierda ———– 400 piezas de 8 ó 4 esclavos
Por la Pérdida de un dedo —————— 100 piezas de 8 ó un esclavo
Por la Pérdida de un ojo ——————— 100 piezas de 8 ó un esclavo
La pérdida de los dos ojos equivale a mil piezas de 8 ó 10 esclavos. Pero, tengamos en cuenta que la pérdida de un ojo no tiene más valor que la de un dedo.
Artículo IV: Se refiere a los casos de ocultación de un botín. Si intentamos ocultar el oro, la plata o las joyas y nos “olvidamos” de entregarlas en las 24 horas que siguen al fin del combate, tendremos que someternos a la pérdida de nuestra parte y al castigo que decidan el capitán y el resto de sus hombres.
Artículo V: Trata de las obligaciones a bordo.Si un hombre olvida realizar su trabajo o si no tiene sus armas listas para el combate habrá de someterse al castigo que le impongan el capitán y sus hombres
Artículo VI: Trata de la protección contra incendios.Si queremos fumar en pipa deberemos tomar precauciones un descuido puede dejarnos sometidos al castigo que dispongan el capitán y la tripulación.
Artículo VII: Trata del juego.A no hacer trampas. Si un hombre hace trampas en el juego, será juzgado por toda la compañía.
Artículo VIII: Trata de los que avizoran el mar.Si tenemos la suerte de ser el primero en descubrir un navío que pueda ser apresado recibiremos una recompensa. Tendremos el derecho de escoger del botín el arma que más nos guste.
Artículo IX: Sobre la manera de tratar al enemigo. La compañía dará cuartel a todos los navíos enemigos que se rindan sin combate.
Artículo X: Sobre la traición.Todo aquel que intente abandonar la compañía le será aplicado el “maroon”.
El “maroon” consiste en desembarcar al condenado en un islote desierto, que por lo general no es más que un banco de rocas o arena a flor de agua. Cuando sube la marea, queda totalmente cubierto por el mar. Las posibilidades de sobrevivir son casi nulas.Lo único que se le deja, como supremo sarcasmo, es una botella de agua dulce, una pistola, un poco de pólvora y algunas balas….
Vengo por el aviso
Es fundamental que antes de embarcarnos analicemos que rol queremos y podemos cumplir. Para ello nos será de utilidad contar con el detalle de los derechos y obligaciones a bordo para cada puesto. Luego podremos postularnos
El Capitán
Para postularnos en este rol Si hemos tendremos que entender antes que nada que el “Capitán tirano” de las novelas y las películas es pura invención.
Se es capitán de un modo provisional y precario.
Charles Johnson escribió a este respecto : “Se es capitán con la condición de que lo sean todos por encima de él”
Esto nos deja bien en claro cuál será el límite de nuestra autoridad. El capitán es elegido por la tripulación antes de partir. Su elección es temporal y se revisa a diario. Puede ser depuesto por simple voto de la mayoría y convertirse así en marinero en cualquier momento.
No tendremos autoridad sobre la navegación, ya que el objetivo de la “expedición” fue previamente fijado en un “consejo de guerra” en el que tuvimos derecho a un voto como los otros.
Tendremos las mismas raciones de comida, vino y de alcohol que todos los demás. Nuestro camarote no será más lujoso de que el resto. Y no tendremos intimidad, ya que cualquier tripulante puede entrar en la cabina del capitán a cualquier hora del día o de la noche.
Donde sí poseeremos autoridad total será durante el combate. En cuanto se avista una vela todos los poderes se nos serán concedidos y nuestras órdenes se cumplirán ciegamente.
Tendremos que decidir la maniobra, la persecución, el cañoneo y el momento preciso de hacer el abordaje, así como el abandono de la persecución o la retirada, pudiendo matar con nuestra propia mano a quien no obedezca
El contramaestre
Otra posibilidad es convertirnos en el contramaestre. En este caso organizaremos el combate.
Seremos los primeros en lanzarnos al abordaje. Decidiremos qué botín debe tomarse al realizar una captura (primero el oro, luego la plata y las joyas y por último la seda).
Una vez obtenido el botín procederemos a su reparto. Si la decisión es venderlo en bloque seremos los encargados de discutir con los comerciantes en tierra.
Si existieran miembros de la tripulación interesados en adquirir algunos objetos, organizaremos una subasta al pie del palo mayor.
Tendremos que encargarnos también de observar la disciplina y de administrar el látigo.
Técnicos y especialistas
Son casi tan importantes como el capitán, ya que son difíciles de encontrar entre los filibusteros.
Los especialistas gozaban de un trato favorable en las marinas oficiales y difícilmente quisieran incorporarse a las filas del filibusterismo.
El especialista más importante es el maestre del velamen, que tiene la responsabilidad de las velas que deben izarse según la fuerza del viento.
Un cálculo mal hecho puede significar la ruptura de un palo.
Si nos postulamos dependerá de nosotros la persecución, la entrada y la salida de los puertos, y la maniobra de embarque y desembarque.
Seremos tan importantes que nos llamarán “el artista”. Antes de la partida tendremos que revisar el equipo y, cuando se realiza alguna captura, nos encargaremos de recuperar las velas, jarcias, motones, etc.
Todos se inclinan ante nuestras decisiones cuando el barco navega.
Si poseemos algunos conocimientos elementales en medicina podemos convertirnos en el médico cirujano.
Nuestra labor será “sangrar” y “purgar” a los pacientes. Que Dios se apiade de ellos.
Si tenemos dotes musicales podremos postularnos como músicos. Nos encargaremos de la distracción de la tripulación. En la lucha contra el aburrimiento a bordo cada “hermano” puede hacerse tocar un trozo de música cuando lo desea.
Y tendremos también un papel especial en las tácticas de captura. Cuando se intima a un barco a la rendición, los músicos tocarán a todo viento, aires marciales, o se limitaran a hacer sonar sus instrumentos con gran estruendo. Durante ese momento la tripulación baila y dispara al aire agitando los brazos (lo que se llama demostración de fuerza para intimidar al enemigo). Aunque pueda parecer pueril esta estratagema da grandes resultados.
Todos los especialistas pueden ser depuestos por un simple voto de la tripulación, aunque casi nunca lo son por su escasez. Pocos barcos en la historia del filibusterismo, tuvieron la suerte de llevar a bordo un equipo completo de técnicos
La tripulación:
Si queremos mantener un perfil bajo lo mejor será formar parte de la tripulación. Esta se compondrá de una gran masa de ignotos de todas las costas. Siempre deberemos cumplir con las obligaciones a bordo.
Y seremos sorteados para cumplir con las expediciones de reconocimiento en tierra o ser parte de los grupos de abordaje.
Para finalizar…
La literatura, al apropiarse del pirata lo sazona a su gusto. Tras haberle cortado una pierna y sacado un ojo, le agrega un loro y un tesoro oculto.
Su consigna ha de ser el sentido del honor.
La ficción pretende en vano idealizar la historia exagerándola y sin embargo la realidad la sobrepasa.
Los filibusteros no se preocupan lo más mínimo por saber si están o no dentro de la ley. Han cortado los puentes que los unían a la sociedad. Libertarios por esencia, sólo cuenta para ellos su condición de hombres libres.
Para que esto ocurra hace falta además, que se den ciertas circunstancias. Meterse en la boca del lobo no es una solución libertaria, sino un acto desesperado.
Cómo todos los movimientos humanos la piratería obedece a leyes y costumbres.
Lic. Florencia Cattaneo
Campo Embarcaciones
Bróker Náutico