Imprevistamente sintió una detonación seca.
El timonel reaccionó al instante e intentó virar rápidamente.
Un obenque se había roto y sólo cambiando de banda podría evitar la caída del mástil.
Sólo tenía una fracción de segundo para lograr que el cable roto quede a sotavento y así conseguir una chance para efectuar con urgencia la reparación
De inmediato el barco cae a sotavento, el timonel respira aliviado, el objetivo está alcanzado.
Lo atamos con alambre
Después de que la pericia y los reflejos del timonel le hayan permitido salvar el palo, procederá a la pronta reparación del cable.
Previamente deberá hacer firme cualquier driza disponible,en algún punto de la regala, a la misma altura del obenque, si no se posee una regala, lo hará firme en la landa.
Con ello afianzará la estabilidad del palo, pero todavía no podrá variar el rumbo
Naturalmente, si no es imprescindible seguir navegado a vela, la prudencia aconseja arriar todo el trapo limitando al mínimo los esfuerzos de la jarcia.
Pero si esto no es posible y el cable se ha roto en la unión con el terminal que lo liga al tensor, tendrá las siguientes opciones:
- Si dispone de terminales en la caja de herramientas, hará un corte limpio en el cable con ayuda de una cizalla, procurando perder la mínima longitud posible. A continuación colocará el terminal y suplirá la pérdida de cable dondo máxima extensión al tensor haciendo que el tensor dé su máxima extensión.
- En el caso de no disponer de terminales, podrá utilizar dos prensacables para efectuar un seno en el extremo inferior del obenque, con el que obtendrá una gaza que permitirá su unión con el tensor mediante la utilización de uno o más grilletes.
- Si el obenque se partió lejos del tensor la solución consiste en efectuar una gaza en cada uno de los extremos del cable. A continuación se uniarán ambas gazas mediante el uso de grilletes o incluso con un trozo de cadena con dos grilletes, uno en cada extremo de la misma.
- En el peor de los casos podría unir las dos gazas con un cabo suficientemente resistente.
Luego de estas reparaciones el timonel podrá retomar el rumbo y llegar a puerto sin mayores inconvenientes.
Y si el stay se rompe?
El timonel advirtió rápidamente que un obenque se rompió y cambió de amura de inmediato pero, cuál ha de ser su reacción si lo que se rompen son los stays
Si se parte el stay de proa, todo el aparejo se inclinará hacia atrás y el barco parecerá “muerto”.
File la escota de mayor hasta navegar por la aleta o en popa. De inmediato coloque las drizas sobrantes del foque o del spinnaker en el herraje del estay, o en las cornamusas de proa para obtener un soporte de emergencia.
Si se rompe el stay de popa, puede perder todo el aparejo por la proa. Póngase de través cerrado y cace la escota de mayor. Esto permite que el barco navegue suavemente por las olas sin que el aparejo se mueva de lado a lado. Afirme el amantillo o una driza libre a una cornamusa de popa o al herraje del backstay
¡Se cae…Se cae!
Pero si nuestro timonel no pudo lograr la maniobra correcta a tiempo lo más probable es que asista impotente a la caída del palo la jarcia y las velas…
Una de las experiencias más traumáticas que pueden vivirse a bordo de un velero es la caída o rotura del palo. Ambas son desastrosas y lo más importante siempre es tener la suerte de que nadie resulte lastimado.
Si el palo de la embarcación es pasante indefectiblemente provocará daños sobre la cubierta. Si no lo es, normalmente cae sin provocar mayores daños, rompiendo parte de la jarcia y produciéndose desgarros en las velas
Y ahora quién podrá ayudarnos….
Por lo general, cuando el mástil cae por la borda, la primera prioridad debe ser evitar un daño mayor, para ello es aconsejable colocar protectores acolchados entre el palo y el casco.
Luego se intentará recuperar el palo y las velas. Siempre y cuando el clima lo permita.
No debe encenderse el motor. Los cabos sueltos podrían engancharse en la hélice
Llegado a este punto, hay que tratar de subir el palo a bordo, extendiendolo longitudinalmente al costado de la embarcación. Se lo afirmará en el balcón de popa mientras que por el extremo de proa se lo montará por encima del guardamancebo.
Para facilitar la maniobra se recomienda tratar de sacar la botavara de su herraje.
En caso de que el palo sea demasiado pesado como para izarlo, conviene atarle varias defensas para mantenerlo a flote y remolcarlo. El remolque vale la pena sólo si el mástil no sufrió ningun daño o rotura.
Si el clima no acompaña o el palo está causando daños al casco, lo más atinado será cortar la jarcia y perder el palo.
Quitar la vela mayor suele ser uno de los principales problemas porque, si la relinga está pasada por una guía, seguramente esté atascada en la sección donde se ha doblado o roto el palo. Hay que tratar de abrir los extremos del carril con un martillo y un destornillador para que la vela pueda separarse y arriarse. Si la vela tiene patines, tal vez tenga que cortarlos.
En resumen
Al desarbolar:
1) Coloque algún tipo de acolchado entre el mástil y el casco. Las defensas o las colchonetas son ideales
2) No encienda el motor. Los cabos sueltos podrían engancharse en la hélice
3) Coloque el mástil por el costado
4) Quite las velas del mástil para evitar que se rasguen; las necesitará
5) Corte sólo aquellos cables y drizas que le impidan recuperar el mástil
6) Recoja el mástil del agua
7) Amarre el mástil a lo largo de la cubierta
Aparejo de fortuna
Hasta el momento los posibles percances que ha sufrido el timonel, salvando las dificultades evidentes, son fácilmente superables, suponiendo que pueda regresar a puerto navegando a motor o incluso solicitando remolque.
La situación es distinta cuando el motor no funciona y el puerto más cercano se encuentra a una distancia considerable
En tal caso habrá que improvisar un aparejo de fortuna. La forma de hacer dicho aparejo podrá variar muchísimo, dependiendo tanto de la imaginación como de los recursos disponibles y de la forma en que haya quedado el palo.
Cuando la parte inferior del mástil está intacta, conviene aumentar su altura montando un aparejo de vela guaira.
Se puede utilizar el tangón del spinnaker o la sección superior del mástil para montar el aparejo y amarrar la parte superior de la vela mayor a él.
El aparejo tarquino también aumenta la superficie vélica pero, utiliza la parte inferior de la vela mayor. En este caso se deberá coser una gaza en la baluma de la vela para aguantar el extremo superior de la percha; tal vez se pueda utilizar el ollao del rizo superior. El extremo superior de la percha debe poder regularse para darle tensión.
Hay que recordar que se trata de una situación excepcional en la que todo vale para conseguir ser impulsados por el viento.
Lic. Florencia Cattaneo
Campo Embarcaciones
Bróker Náutico
Fuente: Manual de vela; Editorial Paidotribo