Cerca de las tres de la tarde del 5 de diciembre de 1872 en las proximidades de las Azores, la tripulación del Dei Gratia, un barco que navegaba desde Nueva York hasta Gibraltar, avista una vela extraña a proa por barlovento.
El buque estaba a 4 millas de distancia aparejado para mal tiempo, como para correr un temporal.
Dirigía la proa hacia el Dei Gratia. Amurado a babor era impulsado por una suave brisa del norte pero, sus velas estaban acuarteladas y dispuestas como si el viento viniera por estribor, es decir por el sur…
Este hecho alarmó al capitán Morehouse, quien decidió acercarse al misterioso barco.
A medida que acortaban distancias, pudo leer el nombre “Mary Celeste” en medio del balanceo. Morehouse se preocupó aun más. Conocía al capitán de aquel barco, Benjamin Briggs, y sabía que era un marino experto.
Prontopudo observar que no había nadie al timón, ni señal alguna de vida. Morehouse ordenó a su primer oficial, Oliver Deveau, que abordara el barco e investigara lo sucedido.
El misterioso velero navegaba aproximadamente a 2 nudos. La distancia entre los barcos era de sólo de unos cientos de metros.Las olas eran altas, el tiempo había estado tormentoso pero el viento ya había calmado.
Cuando el primer oficial Deveau y otros 4 marinos subieron al bergantin descubrieron que en el barco no había nadie.
No encontraron el bote de auxilio y el barco arrastraba por la popa una amarra rota. Daba la impresión de haber sido cortada en una rápida huida.
Sobre cubierta hallaron tirada la barra de sondeo. De inmediato bajaron y la usaron para comprobar la cantidad de agua en la sentina. Sólo un metro, algo normal en un buque como ese y que no representaba motivo de abandono.
Luego de la inspección en cubierta, revisaron en detalle el interior. Hallaron platos con restos de comida prolijamente colocados en la mesa. Objetos pequeños bien ordenados en mesas y estantes. Esto descartaba que el barco hubiese sido afectado por un temporal.
Un sable fue encontrado cerca de una de las escotillas y su hoja estaba manchada por algo que parecía sangre, aunque luego se supo era óxido.
Las ropas que estaban en el camarote del capitán, estaban ordenadas en sus baúles. No hubo evidencias de robo. El dinero y equipaje de la tripulación estaban en sus lugares respectivos.
El diario de navegación fue hallado en el camarote del capitán.La última anotación era del 24 de diciembre de 1872 y en ella no se detallaba acontecimiento alguno que pudiera explicar la desaparición de la tripulación.
No se hallaron las cartas de navegación, documentación del barco, un sextante y algunas provisiones.
De la carga de 1700 barriles de alcohol, sólo 9 estaban vacíos o deteriorados.
De vuelta en el Dei Gratia, Deveau, informa de todo lo observado a Morehouse. El capitán quedó perplejo.
¿Qué había sucedido en el velero? ¿Dónde estaba la tripulación? ¿Qué los obligó a abandonar la embarcación?
Sin respuestas , Moorhouse decide pasar algunos hombres al barco abandonado y tripularlo hasta Gibraltar.
Las dos naves arriban a ese puerto el 13 de diciembre de 1872.
El Mary Celeste
El misterioso velero había zarpado de Nueva York el 5 de noviembre de 1872 con destino al puerto de Génova.
Estaba al mando del Capitán Benjamín Briggs y la tripulación estaba compuesta por 7 tripulantes. A bordo también viajaban la esposa del capitán y su pequeña hija de 2 años.
Era un bergantín de 31 metros de eslora y 7,6 metros de manga. Transportaba 1700 barriles de alcohol comercial que se usaban para aumentar la graduación alcohólica del vino.
Algunos pensaban que el navío tenía mala suerte. Había sido construido en 1861 en Canadá y bautizado con el nombre de Amazon. Su primer capitán no alcanzó a navegarlo, ya que murió ahogado y lo mismo sucedió con el segundo durante el viaje inaugural.
Luego de este desafortunado comienzo, el bergantín tuvo varios años sin sobresaltos hasta que en 1867, quedó varado en tierra debido a una fuerte tormenta, en la bahía de Glace, Nueva Escocia.
Fue rescatado y vendido a un estadounidense, quien realizó modificaciones importantes y lo rebautizó como Mary Celeste en 1869.
Cuando fue encontrado por el Dei Gratia, el 5 de diciembre de 1872, el diario de abordo no registraba ningún hecho anormal hasta la última anotación, acaecida el 24 de noviembre, en ella se consignó que habían llegado a las Azores.
El mary Celeste había navegado a la deriva durante 10 días…
En Gibraltar
Ni bien ambos barcos arriban al puerto de Gilbraltar, El capitán Moorhouse y el primer oficial, Oliver Deveau se presentan en la comandancia del puerto y dan cuenta del singular hallazgo
Moorhouse conocía las leyes de la mar y rápidamente presenta una demanda para reclamar la indemnización por el salvamento del buque.
El almirantazgo da inicio a una investigación a cargo del fiscal Solly Flood.
Los días 18 y 20 de diciembre, fueron interrogados Deveau y los 4 hombres que participaron en el abordaje del Mary Celeste.
Se inspeccionó el barco en detalle y el capitán Morehouse fue interrogado varias veces. Se sospechaba que se habría confabulado con Briggs para simular la desaparición del buque y cobrar el seguro.
Pero nada pudieron hallar que resolviera el misterio.
Finalmente el fiscal Flood presenta un informe al Ministerio de Comercio:
“Cuando el “Mary Celeste” fue descubierto en alta mar por el “Dei Gratia”, la embarcación estaba sana y robusta, en perfecto estado de navegar y bien estabilizada; estaba abundantemente aprovisionada y no había sufrido los embates del temporal; no mostraba trazas ni indicios de incendio o de explosión.
Por otra parte, nada indicaba los motivos que pudieran tener sus tripulantes para abandonarla.
Mi hipótesis personal es que la tripulación se embriagó y que los hombres, bajo la influencia del alcohol, asesinaron al capitán Briggs, a su mujer, a su hija y al contramaestre para terminar huyendo entre el 25 de noviembre y el 5 de diciembre, a bordo de cualquier barco en ruta hacia un puerto de América del Norte o del Sur o hacia las Antillas”.
Con este informe Morehouse quedaba fuera de sospechas y fue recompensado con 1.700 libras esterlinas por el rescate efectuado.
No obstante, esta declaración, enfureció algunos investigadores que argumentaban que no existían indicios de violencia en ninguna parte del navío.
Estos creían que el barco había sido abandonado por el capitán y los tripulantes en un momento de pánico injustificado, quizá debido al peligro de naufragar ante una tempestad cercana.
Sin embargo, ambas teorías tenían sus puntos débiles. La idea de una tempestad y la huida de la tripulación no se sostenía, pues no quedaba claro si realmente faltaba o no un bote de salvamento. Según Oliver Deveau
“No había trincas visibles, por lo cual creo que el Mary Celeste no había tenido bote — aunque había dos defensas donde el bote pudo haber sido trincado. Suponiendo que hubiera habido bote, no había signos que denunciaran cómo fue arriado, ni había signos de aparejos para haberlo botado”
En cuanto al motín, resultaba gratuita esa hipótesis, ya que ninguno fue rescatado y ninguno de ellos cobro por los derechos de salvamento
Un caso que da para todo
El misterio persistía y nadie conseguía resolverlo.
El caso se hizo famoso a escala mundial y la revista Strand, de Londres, organizó una competición, solicitando a varios escritores que escribieran un relato de ficción que describiera lo sucedido a bordo del “Mary Celeste”.
Luego de algunos años llegó a saberse que los capitanes Morehouse y Briggs eran amigos. Esto despertó sospechas en más de uno. Resultaba demasiada coincidencia que justo fuera el Dei Gratia el que encontrara el bergantín abandonado.
Se elucubraron muchas teorías. Raptos, asesinatos, confabulaciones, trombas marinas, piratería, “extraterrestres”, el terrible Kraken (pulpo gigante), islas misteriosas…, todo un sinfín de hipótesis a las que luego se unieron relatos adornados por la tinta de escritores como H.G. Wells y Arthur Conan Doyle.
Pero el misterio continuaba…
Una posible solución
Además del interrogante sobre el destino de la tripulación había otras preguntas aún sin resolver.
¿dónde fueron a parar el sextante, las cartas de navegación y la documentacion del barco que Deveau no encontró por ninguna parte?
Tomando estos elementos, el doctor Cobb, sobrino del desaparecido capitán Briggs, ensayó una posible respuesta en una pequeña obra que publicó en 1940 titulada: “Rose Cottage”:
“ La tarde del 24 de noviembre de 1872 el capitán Briggs, temiendo una explosión del cargamento de alcohol, embarcó a su mujer y a su hija en el bote de salvamento, en compañía del señor Richardson y un marinero. Otro marinero quedó encargado de mantener el bote bien alejado del costado del bergantín. El contramaestre señor Gilling y un tercer marinero desamarraron la driza de pico para utilizarla como remolque. El cuarto marinero se puso al timón.
“El capitán bajó en busca del cronómetro, el sextante y la documentación del barco. El cocinero reunió víveres para abastecer la pequeña embarcación.
Es posible que entonces se produjiese una pequeña explosión. Los tripulantes, atemorizados, se apresuraron a evacuar el barco. “
“Durante ese tiempo, el barco se mantenía en facha, con una brisa que soplaba del sur. Probablemente el viento no era muy fuerte”
“Precisamente en aquel instante llegó una racha del norte que, llenando las velas cuadras, hizo avanzar al buque hacia el este.
El cabo de remolque se tensó y sin duda se partió, dejando el bote a la deriva a unos 120 metros de distancia.
“Incluso con una brisa moderada, el bergantín debió de avanzar más deprisa con sus velas que el bote con sus remos. Es verdaderamente curioso que, durante tantos años, nadie haya hablado jamás de este empleo evidente de la amarra rota remolcada por popa”
El principal argumento en contra de esta teoría es que no había señales de fuego o de humo en el interior de la bodega.
Sin embargo, esta explicación fue la que más le convenció al capitán J. H. Winchester, dueño del Mary Celeste en aquel entonces.
El Fin del Mary Celeste
Winchester decide venderlo en 1872, luego de la investigación judicial en Gibraltar.
El Mary Celeste siguió navegando con mala suerte durante los siguientes 13 años… Durante los cuales tuvo un total de dieciséis dueños.
El barco acabó sus días en 1885 cuando su último armador lo naufragó adrede en un arrecife del Caribe, para cobrar el seguro.
Ese fue el fin del bergantín Mary Celeste que se considera el mayor misterio marítimo de la historia…
Lic. Florencia Cattaneo
Campo Embarcaciones
Bróker Náutico
Fuentes:
Peter D. Jeans; Mitos y leyendas del mar; El Mary Celeste
Web Profesor en línea; mediosocial; TB Mary Celeste
Web Histamar; El Misterio del Bergantín Mary Celeste (Neptunia 1927)
Web Histamar; Otra Faz del Misterio sobre el Bergantín “Mary Celeste”; Peak Halyard de “The Rudder”- Neptunia 1932
Web Histamar; El Secreto del “Mary Celeste” Traducción de Hans-Joachim Walfer, especial para Neptunia 1934
Wikipedia; Mary Celeste
Web Cibernáutica;Marcelo C. Ossó; El Misterio del Mary Celeste – 1872