Bautizar el barco rompiendo una botella de champán en su proa al momento de la botadura, es sin duda, una construmbre náutica muy arraigada.
Este ritual constituye uno de los eventos más importantes en la vida de una embarcación.
El primer bautismo de barco registrado data del tercer milenio A.C. y tiene origen en una costumbre pagana.
A lo largo de la historia, esta celebración, ha sufrido modificaciones que acompañan los distintos devenires sociales y culturales.
Te doy para que me des
El mar ha sido siempre un lugar de grandes incógnitas para el hombre y cuando los primeros navegantes se aventuraron lejos de la costa, la imprevisibilidad del mar y del viento incrementaron su carácter sobrenatural y espiritual.
Se creía que en mar habitaban diferentes dioses. Era necesario buscar su protección divina y una forma de hacerlo era ofrecerles algo a partir del sacrificio.
El sacrificio es, en forma universal, la ofrenda hecha a la deidad de un don perceptible a los sentidos.
Está ofrenda no se convierte en sacrificio hasta que el don visible subre una transformación (por ejemplo, al ser matado, o al derramar su sangre, al quemarlo, al derramarlo, al romperlo).
El sacrificio llegó a significar una actividad mágica que buscaba influir en los dioses, según lo expresado en la formula latina: “Do ut des” (Te doy para que me des).
De sangre somos…
Se debía entregar algo valioso y nada más valioso que nuestra vida y nuestra sangre.
Por ello, los vikingos, cuando botaban un barco de guerra, amarraban prisioneros a los parales, de modo que al pasarles el casco por encima, la sangre de sus cuerpos aplastados por el casco corría hacia el mar, como ofrenda a los dioses.
El derramamiento de sangre era la manera de conseguir su agrado
Prisioneros y esclavos, personas sin derechos, eran sacrificados para que los miembros útiles de la comunidad obtuvieran los beneficios de la ofrenda
Cabe aclarar que, entre los vikingos, el sacrificio de personas no era lo más habitual. Generalmente ocurría cuando las peticiones iban asociadas a hechos que amenazaban la vida de los hombres; como las guerras, las hambrunas, las epidemias o en las expediciones peligrosas.
En otras civilizaciones, como en el Imperio Otomano, se sacrificaban animales.
Casi lo mismo…
Con el correr de los siglos la sangre fue sustituída por el vino. El vino tinto conservaba el color y era lo mas indicado para estas celebraciones
Se vertía vino en la cubierta del barco recién botado y en la superficie del mar, como libación para los dioses y para pedirles disculpas por la grosera irrupción en sus dominios.
Los romanos empleaban agua como símbolo de pureza, pero los griegos preferían el vino.
Se cree que fueron los griegos los primeros que comenzaron a estrellar ánforas de vino contra los cascos, cuando se le daba nombre a la nueva embarcación.
En las ceremonias de la antigüedad, un sacerdote sujetaba una antorcha en llamas en una mano y en la otra, sostenía un huevo y un pedazo de azufre; ofrecía estos objetos a la imagen de la deidad que hubiera a bordo. La ceremonia se dedicaba específicamente a esta imagen, que en los barcos griegos y romanos solía estar en la proa.
Los barcos japoneses no se bautizan de esta manera típica. En Japón, usan hachas de plata especiales para cortar las amarras, atraer la buena suerte y espantar a los espíritus malignos durante la botadura.
Con el advenimiento del cristianismo la ceremonia de bautismo y su carácter religioso se mantuvo.
Cristianos y judíos utilizaban agua y vino para la bendición de sus naves inbocando la protección de dios.
Tomala vos, dámela a mí…
En un documento del año 1610, el constructor de uno de los barcos de la Marina Real del Reino Unido describe el lanzamiento y bautismo la nave.
En el explica cómo el principe de Gales sostenía en su mano una gran copa diseñada con metales preciosos y llena de vino, bebía un trago ceremonial y luego vertía el contenido de la copa sobre el barco.
Finalmente la copa era lanzaba por sobre la borda y cedida como obsequio al constructor del barco.
Con el crecimiento de la economía y la construcción cada vez más frecuente de barcos, los lanzamientos se fueron repitiendo con mayor asiduidad y resultaba muy costoso contar con una de estas copas en cada bautismo.
Se decidió entonces, reutilizar las copas en varios de los bautismos, hasta que finalmente se sustituyó por la botella que se rompe sobre la proa del barco.
Esta práctica quedó finalmente instaurada durante el siglo dieciocho.
Con espuma tiene mas nivel….
El cambio del vino por el champán es una costumbre relativamente nueva, que se produce en el momento en que esta segunda bebida pasó a ser mucho más cara y exclusiva, asociada a la buena vida y a la fiesta, aumentanto el valor del objeto sacrificado.
Otro de los cambios del bautismo que se producen en el siglo XIX es que una mujer oficie como madrina del barco y sea la encargada del procedimiento de romper la botella.
Por lo tanto , en la actualidad cuando celebramos la botadura de un barco, aparte de lo festivo del acto, repetimos ese deseo ancestral de querer proteger tanto al barco como a la tripulación de cualquier posible mal o infortunio a partir de una acto de sacrificio
¿Cómo bautizo a mi barco?
Para celebrar el bautismo hay que preparar bien el escenario.
Lo primero es convocar a un público numeroso. Esto nos ayuda a crear el ambiente. A la gente le gusta participar, aplaudir y vitorear.
Habremos buscado también una madrina, cuanto más notable mejor, que será la encargada de bautizarlo.
Lógicamente, se habrá elegido un buen nombre , pues es costumbre arraigada no cambiarlo en el transcurso de su vida.
El barco tendrá dos largas cintas de ceda colgado de su proa, una de ellas simulará sostener el barco al muelle mientras que de la otra colgará la botella de champagne.
Tras los discursos,del dueño o constructor de la embarcación, la madrina procederá al bautismo, seguido de la botadura.
Pronunciar las palabras tradicionales,“Que dios bendiga este barco y todos los que navegan en él”
Y luego, utilizando unas tijeras o un martillo ( generalmente de metal plateado), procederá a cortar las cintas ( la aparenta sujetar la nave y la que sujeta la botella.)
Automáticamente, tras estrellar la botella contra el casco de la embarcación, el barco comenzará a moverse hacia el agua.
En los casos en que la nave ya ha salido previamente del astillero, únicamente se escenifica el bautismo con la botella de champán.
Por último, una vez acabada la ceremonia, se suele convidar a comer a los invitados.
No olvide, que además de la cinta hay que asegurar la botella con un cordón, esto comenzó a utilizarse luego del un incidente sucedido con aquella princesa inglesa, que a la hora de bautizar una embarcación, lanzó la botella con tanto ímpetu y con tan mala puntería que la botella golpeo a un espectador
Puede Fallar…
Si la botella no se rompe, si el barco se atasca al descender por las rampas o no flota de manera uniforme (o, en el peor de los casos, zozobra), se considera que la nave nos es digna de surcar los mares.
El barco no ha sido bautizado y esto es un mal presagio para quienes deben navegarla.
En la ceremonia, cuando la botella no se rompe, no falta jamás uno de los asistentes que se apresura a suplir el poco acierto de la señora encargada del bautismo y corre tras el barco a fin de que no caiga sobre este la “mala sombra”.
Esto ocurrió en cierta ocasión, cuando un barco empezó a deslizarse por la plataforma antes de que la señora encargada de la botadura hubiese arrojado la botella.
Esta buena mujer lanzó la botella con todas sus fuerzas, pero la botella rebotó contra el barco que se alejaba.
El jefe del astillero atajó la botella que seguia pendiendo del barco y volvió a lanzarla otra vez pero pasó rozando.
Rápidamente, las autoridades decidieron saltar a una lancha , agarrar la botella persiguiendo al barco, para conseguir que finalmente la botella se rompiera con el casco.
Se habla de que en la botadura del Titanic, la botella utilizada no llegó a romperse. Esto no es cierto. La compañía White Star Line acostumbraba a lanzar tres cohetes antes de botar el barco, para celebrar el acontecimiento.
Sin embargo, en la inauguración del ‘Costa Concordia’, el 7 de julio de 2006 en el puerto de Civitavecchia, la compañía Costa Cruceros desplegó una fiesta de botadura acorde al crucero más grande jamás construido en Europa, con la presencia de reconocidos miembros de la política y la vida social y contrató a la “top model” Eva Herzigova como madrina.
En el momento central del acto, Eva Herzigova, desde un estrado construido a tal efecto a más de 30 metros del crucero, debía cortar una cuerda y la botella, atada en uno de los extremos, debería haber salido lanzada hacia el barco para chocar contra él y hacerse añicos.
El destino decidió que los planes erraran: la botella llegó sin velocidad hasta el casco del navío, rebotó en él y quedó mánsamente suspendida sobre el puerto de Civitavecchia.
Nadie dio importancia al hecho, que fue festejado con sonoras risas y algarabía generalizada.
A otros curtidos compañeros del mar, la cosa no les hizo tanta gracia: con el mar y el destino no se juega.
Poco más de cinco años después, los malos augurios quisieron, que el lujoso crucero encallara y se hundiera el 13 de enero de 2012, tras chocar con un arrecife frente a la isla de Giglio.
Lic. Florencia Cattaneo
Campo Embacaciones
Bróker Náutico
Fuentes;
Peter D Jeans; Mitos y Leyendas del Mar
Blogspot Gabinete Protocolo; ¿Porqué se bautizan los barcos?
Blogspot de protocolo y comunicación; Historia de las botaduras de barco
Pag web Nauta 360; Por qué se bautiza con champán en las botaduras?
Pag Web; Le champagne; Botaduras castastróficas
Pag web; Imujer Gourmet; ¿Como surgio la costumbre de bautizar barcos rompiendo botellas?
Pag Web; The Valkyrie’s Vigil; El Culto en la Era Vikinga: Parte I. Las Formas del Culto
Pag Web; Mercaba; J. Pohle; Sacrificio