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La Expedición de Franklin

by | Relatos de Navegantes

En el siglo XIX pasar del Océano Atlántico al Pacífico en barco era una misión complicada.  Inevitablemente había que bordear el sur del continente americano en un largo rodeo.  

Esto motivó la búsqueda de una alternativa por el norte de América, el llamado Pasaje del Noroeste. 

Fue Inglaterra el país que más se empeñó en encontrar este paso que les permitiría a los comerciantes europeos un acceso rápido y fácil a los mercados de Oriente.  

Con este propósito, en 1845 John Barrow, secretario del Almirantazgo organiza una expedición al Ártico al mando del contraalmirante sir John Franklin, quién había ya había dirigido misiones similares.

Franklin tenía 59 años, y era demasiado viejo. No obstante, cuatro oficiales se habían negado y Barrow no tuvo más remedio que nombrarlo. 

El segundo al mando era Francis Crozier, un oficial de Irlanda que había viajado exitosamente a la Antártida. 

Se estimaba la expedición duraría un año y la realizarían 2 embarcaciones: El Erebus y El Terror con un total de 129 hombres.

Navegarían a Groenlandia. Luego penetrarían en Lancaster Sound al para continuarían hacia el Oeste buscando una ruta hacia Alaska y de allí a tratar de descubrir el complicado pasaje del Noroeste. 

Erebus y Terror 

El Erebus (Tinieblas Eternas) y el Terror, de 32 metros de eslora, eran barcos de tres palos sólidamente construidos, equipados con los últimos avances de la náutica. 

Tenían motores de vapor de 20 hp que les permitían navegar a 4 nudos. El vapor producido también proporcionaba calefacción y generaba agua dulce. 

Sus bodegas eran espaciosas y tenían una quilla poco profunda (4 metros) recubierta de cobre extra grueso para acercarse a la orilla. 

Sus cubiertas tenían doble grosor y los interiores estaban reforzados con vigas de roble para resistir y absorber el impacto del hielo.

La idea era encontrar el paso noroeste en una sola temporada, evitando el invierno, pero por las dudas, se embarcaron provisiones para tres años usando conservas en latas. Además, contaban con equipos de caza para complementarlas.  

Cada barco llevaba también una biblioteca con más de 1000 libros. 

No News, ¿Good News? 

La expedición partió el 19 de mayo de 1845. Ambos buques fueron acompañados a Groenlandia por un barco de suministros que regresó a Inglaterra con cartas de las tripulaciones. 

El 26 de julio, dos barcos balleneros vieron la expedición de Franklin en el norte de Baffin Bay. Estaban allí a la espera de condiciones favorables para entrar en el laberinto ártico.  

En estos primeros días la atmósfera a bordo era positiva y todo parecía estar bien, aunque esto fue lo último que se supo de la expedición… 

Iré por ti 

La falta de noticias durante los primeros meses no alarmó a nadie.  Las preocupaciones surgieron cuando tampoco llegaron noticias durante todo 1846. 

En febrero de 1847, James Ross le acerca al Almirantazgo un plan de rescate que fue rechazado. Sólo habían pasado dos inviernos y la expedición tenía provisiones para otro más. 

En noviembre de 1847, en ausencia de novedades, James Ross prepara otra misión de rescate que finalmente es aceptada. 

Ross fracasa y en 1848, dos misiones de rescate más parten a buscarlos. Ninguna encuentra nada en absoluto. 

¿Qué le pasó a Franklin?

John Barrow muere en noviembre de 1848 y con él cualquier interés en la expedición desde el Almirantazgo.  

Pero, Franklin era una figura muy popular y su desaparición inquietaba a la población por lo que el Almirantazgo decide ofrecer £ 20,000 por su rescate, £ 10,000 por encontrar sus barcos y otros £ 10,000 por encontrar el paso del noroeste.  

Por otra parte, su esposa, Lady Jane Franklin, se obsesiona con encontrarlo y envía dos buques de rescate.

En 1850, quince barcos ingresan al Ártico. No tenían idea de dónde mirar. La principal dificultad era la naturaleza caprichosa del hielo en el área. Lo que puede se presentaba despejado un año se bloqueaba en el otro. 

Latas, marcas de trineo y algunas lápidas

En agosto de 1850 se encuentran los primeros signos en la isla Beechey. 

Había huellas de incendios y pistas de trineos junto a una pirámide de unas 600 latas de comida vacías.  También se encuentran tres tumbas con lápidas fechadas en enero y abril de 1846

Eran sólo tres, esto era una buena señal …

Se hacen numerosas expediciones en trineo, pero no encuentran nada más. Regresan a Inglaterra en 1851. 

Después de esta enorme y costosa búsqueda, el Almirantazgo quería dar por cerrado el caso, pero Franklin se había convertido en una leyenda y era cuestión de orgullo nacional descubrir qué le había sucedido. 

Una escena de terror… 

En 1854, el Dr. John Rae, investigador de la Hudson’s Bay Company, mientras exploraba la costa de la isla del Rey Guillermo, se encuentra con un grupo de inuit (población indígena del Ártico), que le relatan haber visto varios años atrás a un grupo de cuarenta hombres blancos muy delgados que arrastraban un bote hacia el sur. Sus barcos habían sido atrapados en el hielo.

Un mes más tarde, los inuit se encontraron con una escena aún peor cerca del Gran Río Fish.

La imagen descrita era apocalíptica, había cadáveres dispersos en tiendas de campaña y debajo de un bote volcado.  

Muchos de los cuerpos habían sido cortados y había restos humanos en ollas, dijeron que había treinta muertos en ese lugar y que otros cinco fueron encontrados en una isla cercana. Los inuit también informaron haber escuchado disparos.  

Para confirmar la historia, le vendieron a Rae varios elementos con iniciales de los oficiales desaparecidos.   

Rae declaró “Del estado mutilado de muchos de los cadáveres, y el contenido de las teteras, es evidente que nuestros compatriotas miserables habían sido conducidos al último recurso, el canibalismo, como un medio para prolongar la existencia”. 

Este informe causó gran consternación en Inglaterra. El Almirantazgo se sintió aliviado y ahora podía dejar de buscar.  

No obstante, Lady Franklin y el Consejo del Ártico dudaron de la historia y rechazaron esta versión.

No se sorprendieron por las noticias de muerte sino, por las de canibalismo.  

Rae no había visto personalmente las escenas descritas ni la región. Además, ¿por qué estaban en un lugar tan improbable?

La Carta de Victoria Point 

En 1857 Lady Franklin recauda fondos para otra misión de rescate. La nave Fox al mando de Leopold McClintock es enviada al Ártico. 

Se esperaba que algunos de los miembros más jóvenes de la tripulación hubieran sobrevivido o que se pudieran descubrir diarios para develar lo sucedido. 

Después de dos años, en 1859 el Fox encuentra el primer cuerpo, aparentemente caído mientras el hombre caminaba y luego un mojón con una lata de alimento vacía que contenía la “Carta de Victoria Point”  

El documento narraba que los barcos habían quedado atrapados en el hielo y que Franklin había fallecido el 11 de junio de 1847.  

Mencionaba que 24 hombres habían perecido antes de abandonar los barcos, que su punto de destino era Great Fish River (Back River) y que el 26 de abril habían partido hacia allí desde Victoria Point.  

Detallaba, además las coordenadas en las que el Erebus y el Terror fueron abandonados: 70.5ºN, 98.23ºW. (25 km al Norte de la isla del Rey Guillermo.) 

La firmaban los capitanes Crozier y Fitzjames.  

Marineros en tierra: Malos exploradores 

En otro lugar de Victory Point, McClintock encuentra equipo de navegación, un botiquín y una enorme cantidad de ropa de invierno. 

Y después de andar en trineo durante setenta millas por la costa de la Isla Rey Guillermo, finalmente encuentra un bote abandonado atado a un gran trineo improvisado. Había en él dos esqueletos humanos, al lado de ellos, dos armas cargadas y apuntaladas en posición vertical. 

Dentro del bote encuentra artículos sorprendentes como pañuelos de seda, toallas y esponjas, cosas poco importantes para llevar. Había también latas de comida vacías. 

El bote no apuntaba hacia el sur, sino hacia el norte, donde los barcos habían sido abandonados. 

Hubo más preguntas que respuestas, ¿por qué el trineo contenía tantos objetos frívolos mientras que el equipo de Victoria Point era mucho más útil pero dejado atrás? y ¿Por qué había tan poca comida?  

¡Ya basta! 

Agotado, McClintock regresara a Londres en septiembre de 1859 y Gran Bretaña da por terminada la búsqueda 14 años después de que la expedición zarpara.  

El costo del rescate había sido enorme pero lo positivo era que el ártico había sido mapeado y explorado con gran detalle.

Aun así, el misterio seguía sin resolver, gran parte de la evidencia era contradictoria y el pasaje del noroeste todavía no se había descubierto.  

Las expediciones continuaron esporádicamente durante 19 años más, incluida otra financiada por Lady Franklin en 1874.

La última expedición tuvo lugar en 1878, se encontraron reliquias, se identificaron varias tumbas junto con cadáveres expuestos que fueron enterrados adecuadamente.

No se encontraron más registros escritos y esto marcó el final de las 38 misiones de búsqueda.

El paso del Nordeste  

En 1906, cincuenta años después, Roald Amundsen descubre el paso en un pequeño barco con muy poco calado. Atravesarlo le llevó cinco años, ya que quedaban atrapado en cada invierno.   

Si la expedición de Franklin hubiera encontrado la ruta, el Erebus y el Terror no habrían sido capaces de atravesarlo.

Los peligros del hielo, en canales poco profundos hacían inútil este paso desde Europa hasta Oriente. 

Investigaciones forenses 

En 1981, un equipo de la Universidad de Alberta, Canadá, viajó a la Isla Rey Guillermo, para recolectar huesos y someterlos a técnicas forenses. 

Se encontraron picaduras características del escorbuto, y también marcas de cortes de cuchillo compatibles con canibalismo.

Se descubrió que la neumonía y la tuberculosis fueron las causas principales de muerte. 

Lo más sorprendente fueron los resultados que mostraron grandes concentraciones de plomo. 

Inicialmente, se creyó que las soldaduras de plomo en las latas causaron envenenamiento, pero ahora se cree que el exceso de plomo provenía del nuevo sistema de agua potable que utilizaba tuberías y juntas soldadas con plomo. 

Se concluyó que, la combinación de intoxicación por plomo combinado con enfermedades como el escorbuto, la neumonía y la tuberculosis aniquilaron a una tripulación debilitada, con hambre y expuesta a un ambiente hostil. 

Reconstrucción 

Con la falta de registros escritos es imposible saber exactamente lo que sucedió.

Sabemos que la expedición pasó los inviernos de 1845 y 1846 en la isla Beechey. Tres miembros de la tripulación mueren y son enterrados.  

En septiembre de 1846 los barcos quedan atrapados en el hielo.

Franklin muere junto a otros veinticuatro hombres en 1848 víctimas de enfermedades.

Diez meses después, el nuevo comandante de la expedición, Francis Crozier, toma la fatídica decisión de abandonar los barcos. 

Los 105 tripulantes que quedan se dirigen al sur a pie. Bordean la costa por el río Back, probablemente buscando el puesto comercial de la Compañía Hudson Bay en tierra continental norteamericana. Pero la distancia en estas condiciones fue demasiada… 

Una tripulación naval no es un grupo de infantería. Viajaron llevando artículos innecesarios y dejaron otros fundamentales. No conocían de técnicas de supervivencia y factores culturales les impidieron pedir ayuda a los inuit cuando se vieron en dificultades. 

Rescate del Erebus y el Terror   

El 9 de septiembre de 2014, la expedición Victoria Strait encuentra el Erebus hundido en el Golfo de Queen Maud. Se hallaba bien conservado y en gran parte intacto.   

Casi exactamente dos años después, el 11 de septiembre de 2016, un pequeño vehículo sumergible operado a distancia descubre el Terror hundido a 24 metros en una bahía al sur de la Isla Rey Guillermo.  

Su estado era notable. Los platos estaban ubicados en los estantes y 3 de los 4 paneles vidrio de la cabina de popa estaban intactos.

Estos hallazgos implican que el barco se hundió lentamente después de estar cerrado y preparado para el invierno.  

Lic. Florencia Cattaneo

Campo Embarcaciones

Bróker Náutico

Fuentes:

Pág. Web coolantarctica.com;  El viaje de Erebus y Terror con John Franklin para buscar el Pasaje del Noroeste

Jorge Loser; Así fue la tétrica historia real de la expedición de ‘The Terror’, la nueva serie del creador de Alien 

Ignacio Jáuregui-Lobera; Navegación e historia de la ciencia: Hielo, hambre y plomo. La expedición perdida de Franklin

Pág. Web Wikipedia.com; La expedición perdida de Franklin  

Pág. Web National Geographic; Hallado el H.M.S. Terror, perdido en el Ártico hace 168 años