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La tragedia de Halifax

by | Relatos de Navegantes

A las 7.30 hs. de la soleada y helada mañana del 6 de diciembre de 1917, el buque carguero SS Mont Blanc deja su lugar de anclaje fuera de la bocana del puerto de Halifax para unirse a un convoy antes de salir rumbo a Europa.

El capitán francés Mackey, lo condujo por el canal hacia los muelles.  A las 8:30, cuando el barco entraba en la zona entre el océano y el puerto interior, levantó la vista y vio con estupor al SS Imo, un carguero noruego, que se dirigía hacia él.

El Imo salía de Bedford Basin con destino a Nueva York  e hizo contacto visual con el buque francés a ¾ de milla.

Los dos enormes barcos hicieron sonar sus silbatos, intentaron algunas maniobras evasivas inútiles y, luego, chocaron en la parte estrecha del canal.

Después de unos momentos de pánico, los dos barcos se separaron.

No fue un golpe fatal, sólo un pequeño accidente. El Imo golpeó la proa del lado estribor del Mont-Blanc haciendo un agujero en el casco.

La verdadera causa del desastre fueron las características de la carga del buque francés. El Imo había embestido era una bomba flotante.

El Mont Blanc Estaba repleto de municiones destinadas a la guerra.

Llevaba en sus bodegas 2300 toneladas de ácido pícrico , 200 de trinitrotolueno (TNT) y 10 de algodón de pólvora  y sus  cubiertas estaban llenas de barriles de benzol de alto octanaje.

Al golpear el benceno se inflamó y empezó a arder.

Las ráfagas de fuego cortaron repentinamente el frío invernal iniciando la tragedia.

Guerra y prosperidad.

En diciembre de 1917, la ciudad de Halifax en Nueva Escocia era un hervidero de trabajo.

En plena primera guerra mundial contaba con uno de los mejores y más profundos puertos libres de hielo de América del Norte.

La ciudad se convirtió en el centro neurálgico del esfuerzo bélico canadiense.

Albergaba a decenas de miles de soldados de Canadá, del Imperio Británico y de Estados Unidos en su camino a los campos de batalla de Europa, o de regreso a casa. La población, de casi 50,000 habitantes, había crecido exponencialmente.

El puerto de Halifax era también base para buques mercantes de todo el mundo. Millones de toneladas de suministros pasaban por allí rumbo a la guerra

Toda esta actividad impulsó la economía, hizo que los empleos abundaran y le dio a la pequeña ciudad una febril actividad que sus residentes no habían experimentado en décadas.

Gran parte de la actividad industrial se concentraba en el barrio de clase obrera de Richmond, situado al norte de Halifax. Se trataba de una comunidad unida, de casas de madera, escuelas e iglesias.

Crónica de un accidente

Antes de la guerra, el puerto de Halifax bajo control civil no permitía que los barcos que transportaban municiones o explosivos entraran al puerto.

En tiempos de guerra, el almirantazgo británico había asumido el mando, y barcos como el Mont-Blanc tenían ahora permiso para acceder.

El buque francés había llegado a Halifax el día anterior y permaneció anclado durante la noche en la desembocadura del puerto.

En la mañana del 6 de diciembre, el Mont-Blanc es autorizado a avanzar hacia Bedford Basin. A pesar de su peligrosa carga no existía en el puerto un protocolo especial para su pasa.

 A los otros barcos amarrados tampoco se les ordenó mantener sus posiciones hasta que el Mont-Blanc hubiera hecho un paso seguro a través del puerto y, esta cadena de negligencias preparó el terreno de la tragedia …

El Imo era un buque mercante que atracaba en el puerto y esa mañana comenzó su marcha en dirección a Nueva York para recoger un cargamento de suministros de socorro con destino a Bélgica que estaba devastada por la guerra. Las palabras “ALIVIO BELGA” estaban impresas en letras grandes en una de sus bandas.

El mercante emergió desde Bedford Basin a través de Narrows, la sección de navegación más estrecha del puerto, en el lado este del canal de Dartmouth, y no por el lado oeste de Halifax, donde los buques salientes normalmente viajaban.

La ruta del Imo requería que las naves entrantes pasaran por estribor, en lugar de babor, que era lo habitual.

El Imo tenía a bordo un experimentado navegante local, William Hayes, que conocía las reglas de navegación del puerto. No obstante, aquella mañana, el Imo acababa de cruzarse con un remolcador y un buque de guerra estadounidense que se dirigían Bedford Basin y lo obligaron a desviarse. 

En estas dos ocasiones el Imo había pasado de estribor a babor lo que resultó en una posición inusual en su trayecto, demasiado hacia el este, en el lado equivocado del estrecho y en el camino del Mont Blanc.

Cuando la brecha de 700 metros se cerró, ambos patrones hicieron lo que pudieron con sus barcos:

El capitán del Mont-Blanc trató de cambiar su rumbo para que ambos buques se cruzaran por estribor y llevó su embarcación hacia la costa de Dartmouth, reduciendo su velocidad al mínimo y 2 minutos más tarde ordenó parar las máquinas.

En el último minuto, el capitán del Imo desesperadamente lanzó sus motores en reversa. Su arco se balanceó, pero fue demasiado tarde y la proa del barco noruego se empotró contra el buque carguero.

Tic Tac: Explosión inminente

Luego del golpe, vinieron las chispas y los barriles de benzol se abrieron y comenzaron a arder.

la tripulación del Mont-Blanc, consciente del peligro, corre a los botes salvavidas y abandona el barco.

El incendio que se propaga a bordo y sin nadie al timón, el Mont-Blanc se va a la deriva hacia Halifax mientras las llamas aumentan.

El indefenso, tullido y ardiente buque se desplaza hacia el Muelle 6 en la costa de Halifax. Un área residencial, con negocios, barcos amarrados, el Royal Naval College of Canadá y una gran refinería de azúcar.

El buque desprendía columnas de humo negro iluminado por las llamas y los Marineros del crucero Highflyer, del buque Niobe y del remolcador Stella Maris trataron de asegurar un cabo y tirar el Mont-Blanc hacia el centro del canal mientras daban la alarma de fuego.

Los bomberos de Halifax corrieron hacia él mientras la tripulación del Imo observaba lo sucedido desde su propio barco dañado.

Los minutos fueron pasando. El Mont Blanc no llevaba marcas especiales. Casi nadie sabía lo que cargaban sus compartimentos.

Cientos de personas se detuvieron en la costa para ver el espectáculo. Las ventanas de todo el puerto se llenaron de caras de adultos y niños que miraban a través del cristal el despliegue del drama.

La tripulación del Mont-Blanc llega Remando desesperadamente a la orilla en pocos minutos. Continuaron corriendo, gritando advertencias a todos los que allí pasaban, pero lo hacían en francés. Pocas personas en Halifax hablaban francés.

El incendio duro 20 minutos y a las 9:04 el Mont Blanc Explotó.

La onda expansiva, seguida de un tsunami se extendió violentamente sobre las costas de Halifax y Dartmouth.

Más de 2.5 kilómetros cuadrados de Richmond fueron totalmente arrasados.

El estallido lanzó secciones del Mont-Blanc hacia arriba conformando una gran bola de fuego.  Fragmentos de metal ardiendo se desparramaron sobre Halifax, junto con una lluvia negra de partículas de carbón que causaron graves heridas en miles de ciudadanos.

No quedo ni un solo trozo del buque al lado del muelle. El enorme casco de hierro desapareció y se convirtió en una ametralladora

La gran espiga del ancla de media tonelada aún yace donde aterrizó, a casi 4 kilómetros de distancia.

El Imo fue arrojado como un juguete a la costa de Dartmouth.

Las personas también fueron lanzadas violentamente. Dónde y cómo aterrizaron determinó en gran medida su vida o su muerte.

Decenas de miles de ventanas volaron, y los cristales destrozaron muchos de los rostros de los allí presentes. 

Ciudad de Camaradas

En las primeras horas, Halifax demostró estar especialmente preparada para ayudarse a sí misma.

Miles de militares, marineros mercantes y otros lugareños afligidos ingresaron a la zona de la explosión. 

Las enfermeras del ejército entraron en acción. Los cirujanos operaron sin parar, a menudo con nada más que anestesia local.

El oftalmólogo George Cox eliminó 79 globos oculares arruinados en 48 horas.

La asistencia extranjera llegó en cuestión de minutos desde los barcos de la armada estadounidense y británica.

La explosión fue noticia en primera plana en todo el mundo y llegó más ayuda en cuestión de días.

Massachusetts despachó un tren lleno de médicos, enfermeras y suministros médicos.

Todos los restaurantes abrieron sus cocinas, dando comida gratis a los sobrevivientes y rescatadores.

Las farmacias regalaban las medicinas, los gerentes dieron días libres a los empleados para ayudar en el desastre.

Halifax fue conocida como la “Ciudad de los Camaradas”, aunque en pocos días esto se modificó, entrando en un frenesí de aumentos de precios y extorsiones.

No obstante, fue uno de los grandes momentos de solidaridad vividos en el continente.  

Tierra arrasada

2.000 personas murieron y otras 10.000 resultaron heridas en la explosión considerada el peor desastre provocado por el hombre en la historia de Canadá.

Alrededor de 1.600 personas murieron al instante, incluidos cientos de niños. Aproximadamente 400 más murieron a causa de sus heridas en los días siguientes.  37 personas quedaron ciegas, y más de 250 perdieron un ojo.

En las primeras horas Richmond era un escenario apocalíptico: las casas se convirtieron en montones de madera astillada provocando incendios devastadores. Las quemaduras fueron una de las principales causas de las muertes. 

El paseo marítimo y los patios del ferrocarril fueron destruidos, al igual que los grandes muelles del puerto. Incluso edificios de piedra o de hormigón se redujeron a escombros.

Cientos de personas en el área inmediata fueron borrados del mapa en apenas unos segundos. Los desconcertados supervivientes, heridos o en estado de shock, vagaron o se arrastraron entre los restos, tratando de dar sentido a lo que había sucedido.

Los restos que volaron producto de la explosión decapitaron a algunos, arrancaron las extremidades de otros y dejaron muchas quemaduras, fracturas y heridas abiertas que provocaron la muerte meses después en la era preantibiótica.

Más de 1.500 edificios fueron destruidos y 12.000 dañados. 25.000 personas se quedaron sin hogar después de la explosión.

La investigación

El Mont Blanc ya no existía. Irónicamente, toda su tripulación sobrevivió a excepción de un marinero. Toda la tripulación del Imo murió, incluyendo al capitán y al piloto.

Tal vez por esto, una investigación inicial culpó al Mont Blanc, particularmente a su capitán, Francis Mackey, argumentando que se debió evitar un encuentro tan peligroso a cualquier precio. 

Pero, investigaciones posteriores dividieron la culpa entre los dos buques.

Por su parte, Mackey sostuvo que el Imo llevaba a una velocidad insegura para un barco tan grande en el puerto, y también que los barcos que entraban como el Mont-Blanc, tenían el derecho de paso sobre los buques que salían.

Además, que el Imo navegaba demasiado hacia el este, en lo que debería haber sido el camino del Mont-Blanc.

Lic. Florencia Cattaneo

Campo Embarcaciones

Bróker Náutico

  • Fuentes:
  • Pág Web. Wikipedia.org; Explosión de Halifax
  • Pág. Web. Infobae.com; Dos naves chocaron en el puerto de Halifax, una de ellas era una enorme bomba flotante
  • Pág. Web. Explosión de Halifax; National Archives Of Canadá
  • Pág Web. Rcinet.ca; A cien años de la explosión de Halifax
  • Juan Gavasa ; Así fue la tragedia de Halifax de 1917 en la que murieron más de 2.000 personas