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Los náufragos de la Sirena

by | Relatos de Navegantes

Se han contado muchas historias sorprendentes sobre naufragios pero ninguna como la de la goleta Mermaid y sus veintidos sobrevivientes . Un suceso increíble pero perfectamente cierto.

El 10 de octubre de 1829,  el reloj señala las ocho de la mañana.

Samuel Nolbrow, patrón de la goleta Mermaid da la orden de zarpar hacia Port Essington, al norte de Australia, a unas 3.000 millas aproximadamente

Nolbrow tenía instrucciones de seguir el paso seguro más cercano a la costa. Debían bordear primero la costa oriental del continente y después al norte atravesando el  El Estrecho de Torres, que separa a Australia de Nueva Guinea.

No obstante,  decide  aventurarse  por la gran barrera de coral .Confiaza que  la Mermaid no tendría poblemas, era pequeña y  fácil de maniobrar

Cuando la Mermaid zarpó de sydney , hacía buen tiempo. A bordo iban Nolbrow,  dieciocho tripulantes y tres pasajeros.  

Durante varios  días, la goleta navegó el Pacífico a gran velocidad pero, a la vista del Estrecho de Torres, el viento disminuye y el cielo comienza a cubrirse de nubes

Mejor achiquemos…

La noche del 14 de octubre, la embarcación estaba casi paralizada y el barómetro registra una brusca caída

Estaba a menos de 8 millas de la costa de Double point (al sureste del la actual Innisfail)

El segundo de abordo, John Hastings sugiere a Nolbrow disminuir paño.

Estaban cerca del arrecife y convenía intentar no avanzar hasta que amanezca

Nolbrow no estuvo de acuerdo y  mantuvo el velamen para que el buque avanzara  aunque mas no fuera a 2 o 3 nudos

Como era de prever, a las 5.45 de la mañana, poco antes del amanecer la calma se transformó en grandes ráfagas de viento

la Mermaid fue arrastrada hacia un arrecife coralino que le destrozó el fondo.

La tripulación intentó conducir el buque hacia aguas más profundas, pero luego de avanzar unos metros la mermaid se detuvo y comenzó a golpear fuertemente

El agua comenzó a entrar rápidamente y a las 8 pm Nolbrow dio la orden de abandonar el barco. Todos a los botes

On the Rocks

Para fortuna de los náufragos, a menos de cien metros del naufragio, había una enorme roca.

Nolbrow llegó hasta allí y gritando guió al resto de los náufragos

En pocos minutos, sobre la roca estaban todos, tripulantes y pasajeros, sanos y salvos, sin heridas considerables ni otro malestar que el frío de la mañana

Durante tres días,  pudieron ir varias veces hasta los restos de la goleta y rescatar algunos víveres que permanecían en la bodega, los cuales, racionados, les permitieron esperar el rescate.

La cuarta mañana, contada a partir del accidente, los veintidós sobrevivientes avistaron  una barca de tres palos

Era , la Swiftsure, que de  lejos  vio sus señales y recogió a los náufragos,

¿ A salvo?

Con todos abordo, La Swiftsure continuó su curso a lo largo de las costas de Nueva Guinea,

Durante el viaje, el recuerdo del naufragio y la supervivencia copó las conversaciones de sobremesa

Cada quien relató, tantas veces como le fue requerida, su versión del suceso y su particular experiencia de salvación.

Al quinto día del rescate,  cuando todo parecía estar bajo control , una corriente desconocida, que no figuraba en la carta,  arrastra al velero hacia la costa de Nueva Guinea y el Swiftsure choca de costado contra una gran roca en otra parte de la gran Barrera de coral.

El barco fue abandonado a toda prisa y esta vez, los náufragos se refugiaron en una minúscula playa, a pocos centenares de metros de donde había naufragado la Swiftsure

Curiosamente, al hacer el conteo de sobrevivientes, tampoco faltó nadie, ni hubo heridas mayores que rasguños y algunos golpes

Otra vez sopa…

Por suerte, esa misma tarde pasó por allí la goleta Governor Ready, cuya tripulación estaba compuesta por 32 hombres. Todos colaboran con el  auxilio de los sobrevivientes.

Éstos, más los miembros de la Mermaid y la Swiftsure sumaban casi un centenar de personas que sobrepoblaban la goleta

La Governor Ready iba hacia el oeste de Australia. Un poco pesada reanuda viaje pero Apenas seis horas después….

No hay dos sin tres…

Cuando aún no se habían secado las ropas de los náufragos y  todavía quedaban inconclusos los relatos y los chistes acerca de la curiosa situación, un repentino  y violento golpe sacude a la embarcación

El Gobernador Ready  había encallado en el arrecife de coral cerca de las islas Murray en el estrecho de Torres

El agua inundó la popa del barco y sin que nada pudiera hacerse, el capitán del Governor Ready ordena su abandono

Tampoco esta vez hubo muertos, ni heridos graves pero, la situación era desesperante.

Estaban amontonados en insuficientes botes de salvamento y en el  trecho que habían recorrido a partir del rescate, se habían alejado a una distancia considerable de la tierra más próxima e, incluso, estaban fuera de los cursos regulares de navegación.Ello presagiaba una larga permanencia en el  mar.   

Sin embargo, cuando estaban designando a los jefes de cada bote, el guardacostas Comet surgió detrás de unas lejanas olas.

La embarcacion gubernamental Australiana, debido al mal tiempo, se había desviado de su ruta habitual.  

Los náufragos gritaron con ímpetu y el Comet respondió rápidamente a las señales de auxilio.

Al rato, cuando todos se hallaban a bordo, los tripulantes de la Comet se enteraron de los tres naufragios de la tripulación de la Mermaid, los dos de la Swiftsure y el de la Governor Ready e hicieron -y nadie trató de disimular-, muy visibles gestos de desagrado.

Los marinos supersticiosos se preguntan quién sería aquél que el mar reclamaba con tanta insistencia y sobre todo cómo hacer para que se lleve su alma

Estuvieron varias veces a punto de lanzar al agua a algunos de los miembros de la primera y más veces zozobrada tripulación.

La inusitada situación provocó un pánico paranoide que, esa noche,  se hizo casi insostenible.

Fue necesario que los cuatro capitanes apaciguasen los ánimos, para que las  tripulaciones se retirasen a dormir.


¡¡¡Ya basta!!!

El Comet viajaba hacia el Este, por lo que cinco días después del tercer rescate se hallaba bastante alejado del escenario de los anteriores desastres y a mitad de camino hacia Sydney, el lugar al que se dirigía.

La convivencia de esas ciento veinte horas disipó un poco las mutuas desconfianzas.
Ya se hablaba de una celebración conjunta al arribar al puerto.

Sin embargo, en cuestión de horas, el cielo se cubrió de nubes oscuras y amenazantes. La tormenta no se desató hasta media tarde pero, eso sí, lo hizo con tal violencia que se partió el mástil, se rasgaron las velas y se desprendió el timón produciendo una gran vía de agua.

El barco comenzó a hundirse…

Los insolidarios tripulantes del Comet se embarcan en el único bote disponible, en tanto los náufragos de las otras tres embarcaciones se aglomeran sobre algunos restos del Comet.

En esta ocasión, estuvieron dieciocho horas en el agua, las tres últimas asediados por un grupo de tiburones.

A patadas, golpes de remo y gritos mantuvieron a raya a los escualos, hasta que apareció una nave conocida como “la amistad”

Finalmente fueron rescatados y volvieron a Sydney el 28 de octubre de 1829

Increiblemente todos estaban allí: luego 18 días y cuatro naufragios, ni una sola persona había muerto. La pesadilla había  terminado.

Lic. Florencia Cattaneo

Campo Embarcaciones

Bróker Náutico

Fuentes:

Armando José Sequera; Los naufragios de la Sirena

Natalio Ricardo Marengo; Historias del mar; Los náufragos de la Mermaid

Eric Michel; Wreck Finds HM Schooner Mermaid ; Pag web Sport Diver

Anuncios del El Sydney Gazette y Nueva Gales del Sur (NSW: 1803-1842)  Martes 03 de noviembre 1829