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¿Motín o Asesinato?

by | Relatos de Navegantes

El 20 de agosto de 1842, el cadete de la Armada estadounidense, Philip Spencer, subió por la pasarela a la cubierta del Somers.

Cuatro meses después, Spencer salía de la misma pasarela pero esta vez, ahorcado.

Había sido condenado por conspirar un motín.

El Somers

Fue botado en  abril de 1842  para la Marina de Guerra de los Estados Unidos.

Se trataba de un pequeño bergantín de 100 pies de eslora y  25 de manga. Tenía  dos mástiles y velas cuadradas. Era muy veloz y estaba armado con 10 cañones de 32 libras.

Fue asignado al escuadrón de Africa.

 En su viaje inaugural tenía como misión llevar provisiones al Vandalia, una fragata americana que recorría la costa occidental de África evitando el tráfico de esclavos.

El somers a su vez,  actuaba como buque escuela  para oficiales navales. A bordo se ensañaba navegación y las costumbres de la marina. Se instruían en viaje 100 Jóvenes cadetes.

El capitán

El Somers quedó al mando del comandante Alexander Mackenzie.

Un veterano de 27 años de servicio nacido en Nueva York.

Mackenzie era un hombre culto que había publicado varios folletos y libros sobre sus expediciones y aventuras en el mar.

Era recto, severo y solía emplear castigos corporales para mantener la disciplina.

El Amotinado

Philip Spencer tenía 22 años.

Era un joven bromista, orgulloso y arrogante. Su padre, John Spencer, Secretario de Defensa de Estados Unidos, constantemente lo sacaba de situaciones problemáticas.

Phillip fue nombrado cadete de la Armada en 1841.

Se embarcó a bordo de la fragata John Adams hacia Brasil.  Poco después,  lo obligaron a renunciar por embriaguez e incumplimiento del deber.

Spencer fue llevado devuelta a casa como un fracaso. Sin embargo, la influencia política de su padre logró reinstalarlo como cadete y  el 13 de agosto de 1842, fue asignado al Somers.

El viaje

EL 13 de septiembre de 1842,  el Somers deja el puerto de Nueva York rumbo a la costa oeste de África.

Después de cruzar el Atlántico, se  detiene en las islas de Madeira, Canarias y Cabo verde, preguntando en cada puerto sobre el paradero del Vandalia.

Durante el viaje, Mackenzie azotó a varios cadetes y dio gran cantidad de sermones autoritarios.

El trato y la mala comida a bordo promovieron la indisciplina de la tripulación.

Spencer, se quejaba del capitán mientras compartía con oficiales y marinero los puros y el alcohol robado.

El cadete se hacía cada día más popular a bordo.

Después de casi dos meses sin saber del Vandalia, el Somers llega a Monrovia, Liberia. Mackenzie se entera allí que la fragata estaba de regreso hacia aguas estadounidenses.

De inmediato, el Somers vuelve al mar y se dirige  hacia Las Islas Vírgenes, intentando interceptarla antes de su regreso a casa.

Surgen las sospechas

El sábado 26 de noviembre, el capitán Mackenzie recibe un informe muy inquietante. de.

El primer oficial Gansevoort le informa que  a su mayordomo Josiah Gales se le había pedido que se uniera a un complot para apoderarse de la nave.

 Gales explicó que el aspirante Spencer dijo que tenía ganas de meterse en el Caribe y convertirse en pirata.

Se apoderarían del barco tras un motín e intentarían usarlo para la piratería en la isla de Pinos al sur de Cuba.

Para ello capturarían a los oficiales. Los más leales serían arrojados por la borda en alta mar  y a los demás los obligarían a cumplir bajo amenaza y por la fuerza.

Gales informó también que mientras hablaba con Spencer, uno de los marineros, Elisha Small, se les había acercado y estaba obviamente familiarizado con el plan.

Mackenzie no se atrevió a proceder demasiado rápido pero, le pidió a Gansevoort que observara discretamente a Spencer y lo mantuviera informado.

El primer oficial  indagó a varios miembros de la tripulación quienes relataron haber visto a Spencer en reuniones nocturnas y secretas con Samuel Cromwell.

También informaron que Spencer había preguntado sobre la ubicación de la nave intentando determinar qué tan lejos estaban del  Meridiano de  Greenwich.

Gansevoort se enteró también que Spencer había leído la palma de un oficial y le había predicho una muerte rápida y violenta.

Satisfecho con estos indicios,  Mackenzie decide enfrentar a Spencer diciéndole que había oído que deseaba tomar por la fuerza el mando del  Somers.

Spencer lo niega y Mackenzie le informa el relato de Gales. El cadete se defiende y dice que todo es parte de una broma.

Pero al capitán no le causa gracia y ordena detenerlo, atarlo  de pies y manos y llevarlo a un rincón del alcázar, donde permanecería vigilado y aislado de la tripulación.

Después de la detención, Mackenzie ordena que se busque pruebas entre sus efectos personales de Spencer.

Las pruebas

En la revisión del camarote del sospechoso encontraron un documento escrito en griego, en el que se enumeraban los nombres de cuatro personas como “ciertas”, y otras marcados como dudosas  

“CERCA( ciertos): P. Spencer, E. Andrews, D. McKinley, Gales

DOUBTFUL(dudosos): Wilson (X), McKee (X), Warner, Green, Gedney, Van Veltzor, Sullivan, Godfrey, Gallia

NOLENS VOLENS: (No alineados) : Sibley, Van Brunt, Blackwell, Clarke, Corney, Garratrantz, Strummond, Witmore, Waltham, Nevilles, Dickinson, Riley, Scott, Crawley, Rodman, Selsor,

Los dudosos, marcados (X), probablemente serían inducidos a unirse antes del motín. El resto de los dudosos se unirían una vez efectuado el motín,  si no, serían forzados.

En el reverso de esta hoja estaban las funciones  que cada uno de los amotinados cumpliría junto a un  dibujo del Somers con bandera pirata.

Además encontraron algunas cartas del caribe con marcaciones en la Isla de pinos.

De mal en peor

La tarde siguiente,  un cañón se disparó accidentalmente contra la cubierta. Mackenzie lo interpretó como un acto de sabotaje y ordenó el arresto del contramaestre Samuel Cromwell y del marinero Elisha Small.

Con tres hombres encerrados en el pequeño alcázar, los oficiales se  ponían nerviosos cada vez que,  por necesidad del manejo del buque, un grupo de marineros entraba en el área.

Por otra parte, Mackenzie notó que los marineros intercambiaban “miradas sospechosas” y ordenó a los oficiales que se armaran con pistola y cuchillo.

El 28 de noviembre, el cadete Henry Waltham fue azotado por haber robado brandy para Spencer. Esa misma tarde otro cadete, Charles Wilson, fue detectado tratando de obtener un arma.

El 29 de noviembre Mackenzie ordenó detener a otros cuatro marineros, Wilson, McKinley, Green y McKie. Ellos Habían llegado tarde a la guardia de medianoche y figuraban en la lista de Spencer.

Todo iba de mal en peor y Mackenzie sabía que no contaba con suficientes oficiales para hacer contener a más de 100 cadetes. Decidió, entonces, pedir consejo por escrito sobre las acciones a tomar a cuatro de sus oficiales y a tres de los marineros más viejos.

El consejo

El 30 de noviembre,  los siete del consejo se reunieron para probar los cargos de motín  a Spencer, Cromwell y Small.

Los tres acusados ​​no estuvieron presentes. Trece testigos fueron llamados, y ninguno dio ninguna evidencia concreta excepto Gales, que mencionó sólo a Spencer.

El 1 de diciembre, los oficiales informaron que habían “llegado a una opinión fría, decidida y unánime”; Que Spencer, Cromwell y Small eran: “culpables de intención plena y decidida de cometer motín y que la seguridad del buque requería que fueran inmediatamente muertos”.  

La ejecución

La tripulación fue informada de la decisión.  Mackenzie ordenó  colocar tres cuerdas atadas a los aparejos y colocar la pasarela hacia afuera

A Philip Spencer, el hijo del Secretario de Defensa, le toco la  cuerda  del medio, junto a él estaban Elisha Small y  Samuel Cromwell

Mackenzie se dirige a los tres condenados y les dice que habían sido juzgados, condenados y que iban a ser ahorcados.

En ese momento, Spencer asegura que  Cromwell y Small son inocentes. Dice que todo se trata de una fantasía juvenil y que Mackenzie exagera la situación.

Ante esta defensa, el capitán se dirige a sus oficiales quienes reafirman a plena voz la culpabilidad de Spencer y los otros dos hombres.

Luego, El capitán, lee a los condenados lecturas del catecismo y ordena las ejecuciones.  Cuando mueren, Mackenzie pide a la tripulación dar tres aplausos. Todos lo hacen solemnemente.

Los cadáveres permanecen colgados hasta después de la cena cuando son cuidadosamente bajados y enterrados en el mar.

De vuelta en casa

El  Somers  sigue viaje a Santo Tomás y llega el 5 de diciembre; El esquivo Vandalia tampoco estaba allí.

El buque escuela vuelve a Nueva york y llega  el 14 de diciembre de 1842.

Al llegar,  Mackenzie envía a Washington un informe sobre lo sucedido y entrega a  los cuatro prisioneros restantes, y a los otros ocho que sospechaba involucrados.

 Los juicios

Dos semanas después,  La marina constituye un tribunal para investigar si había algo impropio en la ejecución de los prisioneros. Se acusa al  Capitán de tres cargos de asesinato y de otros cargos menores.

El 20 de enero de 1843, Mackenzie es totalmente exonerado en un fallo  unánime.

Sus detractores alegan que el tribunal militar encubre los hechos para proteger el honor de la Marina de los Estados Unidos.

Por influencia de la familia Spencer, Mackenzie es llevado ahora ante un tribunal Civil acusado de asesinato.

Al conocerse lo acontecido, hubo en los círculos navales, intelectuales y políticos grandes diferencias de opinión: unos consideraban que el capitán había actuado correctamente, otros que se había excedido en sus funciones

En un panfleto titulado “El crucero del  Somers”, el historiador naval James Cooper acusó a Mackenzie de que, en un estado histéricamente paranoico, ejecutó a tres hombres inocentes y que el motín sólo había existido en la mente desequilibrada de Mackenzie.

¿Motín o asesinato?

Los que consideraban lo sucedido como motín argumentaron que: Mackenzie estaba a cargo de  la seguridad del barco y su tripulación, y, frente a la sospecha de  un motín, debía hacer todo lo posible por reprimirlo.

Si el plan hubiera tenido éxito, habría sido responsable, no sólo de la pérdida de su barco y de los muertos en su captura, sino de todos los otros matados y capturados durante los actos de  piratería que Spencer pudiera cometer.  

Con el arresto de Spencer, los eventos tomaron un impulso inusitado y  la recomendación de los oficiales, aunque no legalmente vinculante, reforzó su decisión.

Desde el lado opuesto,  quienes se inclinan por considerarlo un  asesinato argumentan que no hubo motín.

Incluso si la trama era real, los líderes deberían haber sido arrestados y llevados a casa para ser juzgados.

Spencer, Cromwell y Small fueron arrestados, confinados y ejecutados sin ningún juicio.

La evidencia fue juzgada por sus oficiales superiores con poca o ninguna oportunidad de hablar y defenderse.

El veredicto

La corte marcial duró dos meses. Los oficiales y la tripulación dieron testimonio. Después de deliberar sobre los cargos el tribunal absolvió a Mackenzie de todos los cargos el 31 de marzo de 1843.

Podían haberlo absuelto “con honor” pero no lo hicieron. Incluso después del veredicto, el público en general se mantuvo escéptico de todo el acontecimiento.

Lic. Florencia Cattaneo

Campo Embarcaciones

Broker Náutico

 Fuentes:

Pag web Wikipedia; Somers 1942

Daniel Eduardo Hernández Campos; Motin del Somers

Joaquín García-Barcena; El brig U.S.S. Somers

Siggurdsson;”Somers Affair” Ends with Hanging of Three Mutineers

Beach CombingThe Somers Affair: A Pirate Fantasy and Three Nooses

Pag web H2g2;  USS Somers – Mutiny or Murder?

Pag web trivia­-library.com;History of the Mutiny on the U.S. Somers

Ilustraciones: Anime Shanties